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Badiraguato: afinidad, fidelidad, cariño, protección

Luis Repper Jaramillo
Luis Repper Jaramillo
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Por: Luis Repper Jaramillo.*

lrepperjaramillo@yahoo.com

“No hagas cosas malas que parezcan buenas”. 

Dice la conseja popular “no
hagas cosas malas que parezcan buenas”
Una vez más quien cobra jugoso
salario -sin hacer nada- en Palacio Nacional, justifica su presencia por
tercera vez en lo que va de su fallido gobierno, en la tierra natal del capo de
capos, Joaquín Guzmán Loera, Badiraguato, Sinaloa, disque para supervisar la
construcción de una carretera, que facilitaría la entrada, salida, flujo,
movimiento, desplazamiento de carga de drogas prohibidas: mariguana,
metanfetaminas, cocaína, precursores químicos. Armas, sicarios, gatilleros,
capos, etc. desde el núcleo de la delincuencia organizada hacia los centros de
venta, distribución, entregas, consumo, comercio, trata de blancas,
prostitución y todos los males que acompañan a quienes envenenan al país.

Casual, tendenciosa,
perversamente la agenda de Andrés Manuel López Obrador para el fin de semana 30
y 31 de julio, 1º de agosto se “programó” para pasear por Sinaloa, Durango y
Nayarit, curiosamente incluyó un recorrido por Badiraguato, disque para otear
los trabajos de la carretera Badiraguato-Guadalupe y Calvo que hace dos años
autorizó el Peje se construyera en “beneficio social”, pero la realidad es
otra.

La afinidad del
tabasqueño con la familia Guzmán Loera/López y por extensión con ciertos
cárteles de la delincuencia organizada, es evidente. Desde su periplo como
candidato presidencial en 2018, en uno de tantos mítines electoreros dijo:
“convocaré a un dialogo nacional para otorgar amnistía y perdón a
los delincuentes, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas (sic),
los familiares de las víctimas. No descartaré el indulto.

Woow… y cumplió. Una vez
en Palacio Nacional señaló que habría “perdón y olvido” para
delincuentes, porque “también son humanos y respetaremos sus derechos” -aunque
sean asesinos, secuestradores, envenenadores-

Para calar a los
legisladores de oposición, envió a la Cámara de Diputados (de mayoría
morenista) su Ley de Amnistía, que incluía perdón, salvoconducto a asesinos,
secuestradores, narcotraficantes, narcomenudistas. Dicha Ley, habría sido un acto
criminal que beneficiaría a delincuentes, favorecería la impunidad y dejaría
sin justicia a las víctimas.

Por fortuna, esta
estupidez no trascendió, se echó para atrás -en el papel-, porque los mexicanos
jamás, nunca olvidaremos que Andrés Manuel López Obrador, otorgó motu proprio, amnistía,
perdón y olvido
, respetó sus derechos humanos a Ovidio Guzmán López, hijo
de Joaquín Guzmán “El Chapo”, cuando en un operativo de las fuerzas armadas
(Marina, Ejército, Guardia Nacional) en la casa del Jr. en Culiacán, Sinaloa,
fue sometido, esposado y detenido, para presentarlo ante el Agente del
Ministerio Público Federal, por delitos de delincuencia organizada, tráfico de
drogas, asociación delictuosa y lo que resulte.

Había caído el sucesor de
El Chapo en un impecable operativo militar.

En el patio de su hogar,
Ovidio había aceptado la aplicación de la justicia con fines de extradición a
Estados Unidos en donde era reclamado por la justicia norteamericana.

Sin embargo, el jefe del
operativo recibió en su celular una llamada de Alfonso Durazo Montaño (hoy
espurio Gobernador de Sonora), secretario de Seguridad y Protección Ciudadana
del Gobierno Federal, con la tajante orden de “soltar, liberar” al
detenido, sin justificación alguna. No le quedó de otra al militar, encabronado,
retiró las esposas a Guzmán López, quien, con sonrisa burlona, sarcástica, miró
a su captor; sobándose las muñecas, entró a su casa, junto con sus guaruras,
también desposados.

Horas después se informó
que la orden de liberar ilegalmente a Ovidio fue dictada por Andrés
Manuel vía telefónica, desde un avión comercial que lo trasladaba al sur del
país. Es decir, atribuyéndose facultades que no le competían, cometió desacato
a la Constitución, ridiculizado a las fuerzas armadas, violentó leyes federales,
por el sólo hecho de su fidelidad, lealtad, empatía, sumisión, obediencia
a la familia Guzmán Loera/López.

Luego lo confirmó cuando
en otra gira a Badiraguato, intimidó fielmente con doña Consuelo Loera,
madre del Chapo, abuela de Ovidio, que minutos después, convivió con el resto
de la familia al compartir el pan y la sal, en una taquiza que en honor al Jr.
organizada con motivo de su onomástico. Todo esto, fuera de agenda oficial, que
si hubiese sido con otras personas, no sería acto de traición; pero con gente
de esa calaña se convirtió en cómplice, omiso y coludido (delitos federales)

Son infinidad de casos en
donde la empatía de López Obrador con el narco queda de manifiesto. Asume
infame defensa, como el incidente en la Sierra Alta de Guerrero, en donde un
grupo de campesinos esperó por horas su paso para hacer sólo una petición: los
narcos han sembrado terror, violencia, robos, secuestros, ultraje a mujeres,
despojo de ganado y cosechas.

Cuando estuvieron frente
a López, éste, sin bajarse de la suburban blindada, le pidiero enviara al Ejercito
para controlar y detener a los delincuentes. Como única respuesta, que no
esperaban, les dijo el Ejército no está para esas labores, tiene otra
misión. Además, los delincuentes también son humanos y tienen derechos, que
respetaremos, Sin más palabras, pidió al chofer seguir la marcha. Se
alejó, dejando con la palabra en la boca a los desafortunados campesinos.  

En ambos ejemplos, sin
ser legal, López aplicó lo que advirtió: amnistía, perdón, olvido, a los
delincuentes, que alimenta impunidad, corrupción, “lo que no daña, fortalece”. Beneficio
presidencial al narcotráfico, sicarios, gatilleros, gavilleros, asesinos,
dejando de aplicar justicia a las víctimas, que, por su condición, no
pueden avalar “perdón y olvido”, menos a los familiares, que por impotencia o
temor, no denuncian legalmente al cómplice del narco.

Como si no fuera
suficiente, el 30 de julio, Andrés Manuel vuelve a su querencia: Badiraguato,
con el peregrino pretexto de supervisar la obra carretera de ese nicho de poder
perverso de la familia Guzmán Loera/López – Guadalupe y Calvo, que según la
agenda preliminar de la gira enviada a “la fuente” de presidencia y colada a
redes sociales, decía que sería eminentemente privada.

Al conocerse, explotaron
las plataformas virtuales con memes, opiniones, burlas, insinuaciones, cómo
“por qué privada”, “va a pasar lista”, “informará a Consuelito que sus órdenes
son cumplidas”, “saluda y echará trago con Ovidio”, y decenas más.

Durante varias horas
Palacio Nacional dejó que corrieran las burlas, memes, chistes, reclamos, pues
en el programa inicial decía: el acto en Badiraguato será privado, no estará
abierto a la prensa, incluso ni el “pool” de casa (reporteros de Comunicación
Social de Palacio Nacional), tampoco entrarán cámaras del Centro de Producción
de Programas Informativos y Especiales  CEPROPIE, la televisora personal del
presidente de la república, encargada de enviar y difundir de manera oficial y
publica imágenes, audio y notas de las actividades; ni los fotógrafos
personales del Ejecutivo.

Ante la posición de
medios, ciudadanía, críticos, analistas, opinadores, etc. el vocero de López,
Jesús Ramírez Cuevas, subió a sus redes sociales un segundo Twitter, reculando
el primero:sobre la gira del presidente Andrés Manuel López Obrador de
este fin de semana por Sinaloa, Durango y Nayarit, aclaramos: los eventos del
viernes y sábado serán públicos; debido a la realización de la Consulta
Popular del primero de agosto, las actividades del domingo serán privadas

No fue por el buen
corazón de López, Ramírez o asesores que modificaron la agenda de “privada la
visita a Badiraguato”, sino por la presión, críticas, sorna que en redes
sociales se viralizaron, pues en referencias anteriores a Sinaloa:
detención/liberación de Ovidio y el besamanos/comilona que tuvo López Obrador
con la familia de delincuentes, quedaron marcadas como fidelidad, lealtad,
sumisión, entreguismo, afinidad, estigma que durante el sexenio fallido de
Andrés, serán muestra de su cariño y compromiso con la delincuencia organizada.

Si no es así, Andrés, así
parece, pues no has dado muestra de lo contrario. Tu paz y combate a la
corrupción son falacias, promesas electoreras que a 2 años 8 meses de la T4a,
no se ha corregido, paliado o acabado. Es tu ADN.

*Miembro de los Grupos
Editoriales Digitales
cadenapolitica.com, revistapeninsular.com.mx,
elinfluyente.mx, endirecto.mx, lagacetametropolitana.com

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