El Centro de Convenciones Campeche XXI fue escenario de un fuerte despliegue de seguridad el pasado jueves, en respuesta a una manifestación organizada por un grupo de policías estatales despedidos y sus familiares. La protesta, que tuvo lugar durante las comparecencias de las dependencias de seguridad y justicia del estado, estuvo marcada por el descontento y las demandas de los ex agentes, quienes exigieron la renuncia de Marcela Muñoz Martínez, titular de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), a quien responsabilizan de su destitución.
Los manifestantes, conformados por al menos 120 policías despedidos y sus familiares, se congregaron en las inmediaciones del Centro de Convenciones desde temprano, portando pancartas y lanzando consignas contra las autoridades. El motivo de su protesta se centra en lo que consideran un despido injusto, alegando que las bajas fueron resultado de represalias personales por parte de Muñoz Martínez. Los ex policías señalaron que, pese a contar con medidas cautelares emitidas por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Campeche (Codhecam), estas no fueron respetadas, lo que culminó en su salida de la corporación.
El operativo de seguridad en el Centro de Convenciones fue notable, con vallas de contención colocadas alrededor del edificio y la presencia de un gran número de elementos de seguridad que resguardaban las entradas al recinto. Este blindaje tuvo como objetivo evitar cualquier intento de los manifestantes de ingresar al lugar, donde se llevaban a cabo las comparecencias ante el Congreso del Estado.
A lo largo de la manifestación, los ex policías y sus familiares hicieron énfasis en la falta de respuestas claras por parte del gobierno estatal. Denunciaron que, a pesar de haber recibido apoyo legal y moral de algunos diputados locales, las autoridades han intentado desvirtuar su movimiento, calificándolo de político y restándole legitimidad. Los manifestantes insistieron en que su lucha es por la justicia y por la reivindicación de sus derechos laborales, y no por motivos políticos como han sugerido algunas figuras públicas.
La manifestación, aunque tensa, se mantuvo pacífica. Los gritos de “¡Justicia!” y “¡Fuera Marcela!” resonaron en las calles aledañas al Centro de Convenciones, mientras los familiares de los policías despedidos expresaban su preocupación por la situación económica y emocional que atraviesan tras la pérdida de sus empleos. Muchos de los ex agentes habían servido en la Policía Estatal durante años, y su repentina destitución ha dejado a numerosas familias en una situación de incertidumbre.
El blindaje del Centro de Convenciones y la presencia de un gran número de elementos de seguridad reflejan la tensión que ha generado este conflicto en el estado. Las autoridades han optado por una postura firme, evitando el diálogo directo con los manifestantes y priorizando la seguridad durante las comparecencias. Sin embargo, esta actitud ha sido criticada por algunos sectores de la sociedad, que consideran que el gobierno debería abrir canales de comunicación con los ex policías y atender sus demandas de manera justa y transparente.
A medida que la situación en Campeche continúa evolucionando, la protesta de los policías despedidos pone de relieve las complejas dinámicas laborales y políticas en la región. La exigencia de justicia por parte de los manifestantes no parece que vaya a disminuir, y es probable que este conflicto siga siendo un tema central en la agenda política y social del estado en los próximos meses. Mientras tanto, el futuro de los ex policías y sus familias sigue siendo incierto, en espera de una resolución que les permita recuperar su estabilidad laboral y dignidad personal.
