En un partido vibrante que será recordado como uno de los mejores en la carrera del entrenador Sean McDermott, los Buffalo Bills lograron una espectacular victoria de 48-42 sobre los Detroit Lions, quienes ostentaban el mejor récord de la NFL y venían de una racha de 11 victorias consecutivas. Este emocionante encuentro estuvo marcado por una exhibición ofensiva brillante, destacadas actuaciones individuales y decisiones polémicas en momentos clave.
Buffalo dominó el terreno de juego con una ofensiva imparable liderada por Josh Allen, quien completó 23 de 34 pases para 362 yardas y dos touchdowns, además de sumar dos anotaciones por tierra. Allen, quien está en medio de una temporada digna de ser nombrado MVP, fue el eje de una unidad que acumuló 559 yardas totales, marcando la octava vez consecutiva que los Bills anotan al menos 30 puntos, un logro que no se veía desde los Broncos de Peyton Manning en 2013.
El partido inició con un Buffalo agresivo, anotando touchdowns en sus primeras tres posesiones con carreras de Allen y James Cook, quien terminó con 105 yardas terrestres, incluyendo una electrizante escapada de 41 yardas para anotación. Sin embargo, no todo fue perfecto, ya que los Bills desperdiciaron una oportunidad en la línea de gol al fallar un gol de campo de 24 yardas, permitiendo que los Lions mantuvieran la esperanza.
Por su parte, los Detroit Lions, liderados por Jared Goff, demostraron por qué tienen la ofensiva más prolífica de la liga. Goff completó 38 de 59 pases para 494 yardas y cinco touchdowns, destacándose Amon-Ra St. Brown con 193 yardas en 14 recepciones, incluyendo una anotación de 66 yardas que mantuvo a los Lions en la pelea. Sin embargo, errores estratégicos, como un intento fallido de patada corta en el último cuarto, terminaron por costarles caro.
El partido, que acumuló un total de 1,101 yardas ofensivas combinadas, se caracterizó por su ritmo frenético y momentos de alto impacto. La defensa de Buffalo, aunque sufrió ante la poderosa ofensiva de los Lions, tuvo momentos cruciales como un balón suelto forzado por Christian Benford que fue recuperado por Matt Milano, lo que resultó en un touchdown de Khalil Shakir.
Una de las jugadas más memorables fue protagonizada por Mack Hollins, quien interceptó la patada corta de los Lions en el aire y la devolvió 38 yardas hasta la línea de cinco, preparando un pase de touchdown de Allen a Ray Davis que aseguró la ventaja definitiva de 45-28. Aunque los Lions intentaron remontar, el tiempo no fue suficiente.
El entrenador de los Lions, Dan Campbell, reconoció la superioridad de los Bills, admitiendo que su equipo no pudo igualar la intensidad y urgencia de Buffalo. Mientras tanto, McDermott destacó la resiliencia de su equipo tras la derrota de la semana pasada, enfatizando que la actitud mostrada en este juego debe ser la norma en adelante.
Con esta victoria, los Buffalo Bills mejoran su récord a 11-3 y consolidan su posición como contendientes serios en la AFC. Los Detroit Lions, ahora con 11-2, tendrán que recalibrar su estrategia si quieren mantener su dominio en la NFC. Este duelo, que tuvo de todo, desde explosivas jugadas ofensivas hasta momentos de estrategia cuestionable, quedará como uno de los más emocionantes de la temporada.