Una de las preguntas más comunes en las reuniones de networking es cómo identificar oportunidades de inversión.
No cabe duda de que las oportunidades se buscan, porque generalmente, solas no llegan.
A lo largo de los años, he identificado algunos conceptos que me han funcionado al momento de decidir si una oportunidad es válida para invertir o no. Comparto algunos de esos conceptos.
Hay que buscar clientes que estén parcialmente atendidos, o por el contrario, que tengan un exceso de atención.
Siempre habrá clientes potenciales que con la oferta que tienen, sólo resuelven parte de su problema; otros están insatisfechos con el cómo se atiende su necesidad concreta. Estos, que generalmente son mercados de nicho, siempre serán explotables.
Por el otro lado, algunas industrias y/o mercados se han desarrollado tanto, que los servicios se han desbordado y han pasado a ser, además de excesivos, caros. Aquí siempre existirá la oportunidad de atender a un mercado que requiere atender la necesidad básica… literalmente, necesitan regresar a lo básico y como ejemplo, ahí están las aerolíneas de bajo costo o los hoteles ejecutivos.
Hay que estar pendientes de cambios en las legislaciones, de las modificaciones regulatorias e incluso, de la liberación por ley de algunas patentes.
Hay alrededor de nosotros muchas empresas exitosas que se detonaron gracias a la agilidad con la que actuaron al existir cambios normativos. Actualmente, la reforma energética es vista por muchos, indudablemente, como la oportunidad y el momento para ingresar a una industria que históricamente, había estado en manos del Estado.
Y no es indispensable hacer inversiones millonarias. La apertura del mercado energético generará importantes necesidades de proveeduría y servicios para aquellas empresas que entren primero.
Por otra parte, nunca se debe perder la atención sobre los mercados altamente competitivos. Siempre existirán oportunidades para satisfacer las necesidades de clientes, que de manera natural, buscan la mejor relación precio/beneficio, sin importar la marca. Un ejemplo es lo que sucedió con la insulina:
Esta industria tuvo un período largo en tiempo e intenso en capital, para desarrollar tecnologías que garantizaran cada vez mayor pureza en sus procesos de elaboración. Su valor estaba indexado a la pureza con la que la procesaban. Años después, y con los acelerados avances de la tecnología, prácticamente cualquier laboratorio podía garantizar la mayor pureza. Al llegar a ese punto, el mercado cambió y el comprador, de manera natural y lógica, empezó a discriminar marcas por precio. La insulina se convirtió en un genérico.
Fue la empresa Lilly la que entendió el cambio en la dirección del mercado y se planteó la importancia, ya no de la pureza, sino de la comodidad al momento de aplicarla.
Desarrolló las plumas auto-inyectables y recuperó el mercado de la venta de insulina.
Siempre hay que pensar afuera de la caja. Es tarea de casi todos los días, estar identificando necesidades para poder generar ideas en consecuencia. Teniendo una idea, una buena idea, siempre habrá recursos financieros disponibles a hacerla realidad.
La búsqueda de oportunidades de inversión requiere de disciplina, de esfuerzo, investigación y análisis. El que busca con atención, siempre encontrará.
