Luis E. Roche / Coach
Ahora que estamos pasando los días en el cual hacemos honor a las personas que ya no están presentes físicamente, quisiera hablar del proceso del duelo. El duelo se asocia principalmente al proceso que vive una persona cuando tiene la pérdida de otra persona la cual se tiene una relación cercana. La intensidad del duelo depende en muchos casos del nivel de cercanía en la relación entre estos 2 individuos.
Sin embargo, el duelo no es un proceso exclusivo de la pérdida de un ser querido. Mucha gente no sabe que puede estar en un proceso de duelo por la pérdida de algo también valioso en su vida, por ejemplo un empleo. El duelo es un proceso emocional que viene después de haber perdido algo valioso para uno, lo que sea. Podemos perder muchas cosas: una persona, una relación (lo que representa para la persona), un empleo, un negocio, bienes materiales y/o estatus social, un cambio de domicilio y/o estilo de vida, etc.
Este proceso se presenta cuando la pérdida se da repentinamente o también hay los casos que la persona sabe cuándo van a suceder los cambios, o la perdida. Este proceso sea cual sea el motivo, es un gran cambio en el ritmo de vida y comienza en un proceso de adaptación de las nuevas circunstancias. Hay que entender que este proceso no todos lo digieren de la misma manera. Es importante saber que es necesario este proceso para el equilibrio emocional, mental, y físico de la persona que atraviesa el duelo, para que pueda recuperar su integridad y pueda continuar con su vida.
No pasar por el duelo puede impedir a la persona a continuar con su crecimiento y lograr las cosas que son importantes para su vida. Querer aferrarse a la idea que lo que se perdió hará que no pueda seguir avanzando. Sería como querer seguir viviendo en el pasado y no darse cuenta del momento presente y lo que está creando para su futuro.
Vivir en el recuerdo de lo que era uno y no aceptar sus circunstancias actuales bloquea la posibilidad de disfrutar lo que uno es ahora. Pensar que lo que se tenía uno era mejor o era feliz y que hoy no, es no querer ver el propio crecimiento. Es no avanzar en la vida y aprender que todo son ciclos y que el cambio es una constante. En esencia somos la misma persona, pero modificamos constantemente lo que nos hace ser nosotros. Lo que creemos de nosotros mismos hará que podamos o no seguir creciendo y evolucionando en esta vida.
Si vives en el recuerdo cuando trabajabas en “x” empresa y ganabas “x” cantidad, estas reprimiendo sentirte orgulloso de ese logro. Sentirte capaz de que tienes toda la capacidad de poder estar de nuevo en una situación similar. Vas a paralizar toda posibilidad de lograrlo de nuevo, porque tu pensamiento está en el pasado, que en dicha empresa era la única posibilidad de sentirte bien. Bloquearas cualquier oportunidad pues sólo en el pasado estaba tu felicidad y era sólo ahí cuando estabas orgulloso de ti mismo.
El final del duelo llegará cuando puedas ver tu aprendizaje de como viviste el proceso. Que veas en ti cómo afrontaste tus circunstancias y saliste victorioso y fuerte de la situación. Sucederá cuando aceptes que gracias a esa experiencia hoy eres una mejor persona y la siguiente experiencia similar la podrás sobrellevar de mejor manera. Ves tu crecimiento y sabiduría y te sientes orgulloso de ti mismo, y agradecido por que lo que viviste te hizo mejor persona hoy.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… ¡Úsalo!
