El cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, se pronunció con cautela tras la culminación de la primera fase del acuerdo de paz entre Israel y Hamás en Gaza. Aunque el intercambio de rehenes y el retiro parcial de tropas fueron vistos como avances, el purpurado advirtió que el entorno sigue siendo “muy fluido” y que no hay certeza de que el conflicto haya culminado.
Desde su posición, Pizzaballa relató que las comunidades cristianas en Gaza han comunicado que pudieron dormir sin el estruendo de las bombas por primera vez, pero advirtió que muchos regresan a ciudades devastadas, con hospitales y escuelas que ya no operan, infraestructuras destruidas y cuerpos de rehenes aún por recuperar. Según sus palabras, la guerra no termina con un acuerdo parcial; la paz requiere reconstrucción, solidaridad internacional y reconocimiento de la dignidad del pueblo palestino.
El cardenal subrayó que aunque existe una nueva atmósfera —frágil aún—, no se debe confundir esperanza con conclusión del conflicto. Indicó también que el camino hacia una paz duradera demanda nuevos liderazgos políticos y religiosos que puedan reconstruir una narrativa fundada en el respeto mutuo. En cuanto a la solución de dos Estados, afirmó que quizá no sea realizable a corto plazo, pero insistió en que los palestinos merecen ser reconocidos como pueblo con derechos.
Pizzaballa también destacó la cercanía expresada por los pontífices León XIV y Francisco con los fieles de Gaza, mediante gestos concretos, llamadas y ayuda material. No obstante, reiteró que el verdadero desafío comienza ahora: consolidar pasos que transformen la tregua en justicia, reconciliación y reconstrucción social.
