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Cero impunidad ante asesinatos viles y cobardes

Editorial La Revista Peninsular
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El 23 de julio del 2021 será una fecha que recordaremos con mucho dolor en Yucatán. En aquel funesto día, dos hombres y una mujer le arrebataron la vida a Teresa Aurora Vera Cuéllar y al oficial Raúl Adrián Couoh Aké; la primera fue apuñalada de muerte frente a su hija de un año de edad y el segundo fue golpeado y herido fatalmente con su propia arma en la vía pública.

Durante la mañana del pasado viernes, los yucatecos vimos con indignación el video que circuló en redes sociales en el cual se observaba a un agente de seguridad pública ser brutalmente agredido por unos individuos. El enojo pronto se convirtió en lamento pues, conforme pasaron las horas, nos enteramos de lo grave que fueron los siniestros actos cometidos por los agresores.

Momentos después de que circulara el video mencionado, se dio a conocer que el oficial Couoh Aké, de apenas 23 años, falleció en la T-1 del IMSS mientras era intervenido por personal médico. Los reportes indican que fue despojado de su arma y herido con la misma durante la riña lo cual le provocó la muerte. Además, las autoridades compartieron que quienes atacaron al joven policía antes de asesinar a Teresa Aurora Vera Cuéllar, de 39 años de edad, en su domicilio. Según información de la Fiscalía estatal, los tres sujetos intentaron quitarle a su hija en la entrada de su casa y después la metieron al predio para golpearla y herirla mortalmente con un arma blanca.

Aunque se han difundido en redes sociales especulaciones sobre quién podría estar detrás de la ejecución, las autoridades aún no confirman ninguna de estas hipótesis.

De acuerdo con versiones oficiales, los asesinos dejaron el cuerpo de Teresa Vera Cuéllar en el domicilio junto con el bebé, a la cual no le hizo ningún daño, y se dieron a la fuga. Durante la huida, el oficial Raúl Couoh los detuvo mientras patrullaba la zona pues consideró que se comportaban de manera sospechosa. Acto continuo, los individuos procedieron a matar al agente ya que pensaron que han sido descubiertos.

Los tres asesinos fueron capturados poco después al intentar escapar de la ciudad en camión.

Este suceso generó gran conmoción en nuestro estado pues fue un hecho extraordinario el que se privara de la vida, de forma dolosa y en la vía pública, a un policía. Por haber dado la vida en función de sus deberes, Raúl Couoh Aké será inmortalizado en la historia yucateca como un héroe.

Por otro lado, en Yucatán lamentablemente no somos ajenos a los feminicidios pues, conforme a información del Observatorio Ciudadano Nacional de Violencia, durante el presente año se han perpetrado 7 homicidios con características de feminicidio en el estado; aún más, algunas de las expresiones sociales más estas significativas que se han organizado en Mérida durante los últimos años han sido para exigir justicia por delitos contra las mujeres.

Teresa Aurora Vera Cuéllar quedó inmortalizada en la historia de nuestro estado y país por ser una víctima del gran mal que corroe a México: la violencia en contra de las mujeres. Las mexicanas y mexicanos, yucatecas y yucatecos, recordarán con dolor que su sangre fue derramada injustamente por viles cobardes.

Dada la crisis de inseguridad que aqueja al país, particularmente a entidades cercanas a nuestro estado, es poco probable que estemos exentos de estos actos de violencia. Por esto, es necesario reconocer la pronta reacción de nuestras autoridades y que demostraron que en este estado no hay impunidad ni laxitud para los criminales.

Por lo pronto, no nos queda más que esperar para conocer los resultados del proceso judicial de los tres agresores, quienes son imputados por feminicidio y homicidio calificado contra servidor público. Esperemos no se politice este asunto para evitar cualquier violación debido al proceso de los acusados ​​y se pueda ejercer plena justicia en contra de ellos y de quien o quienes resulten autores intelectuales, si fuera el caso.

Sin duda, esta es una tragedia que no olvidaremos en el estado. Tres individuos dejaron sin madre a tres menores de edad y le robaron la vida a un valiente joven policía. Los motivos aún no los conocemos, pero no existe razón suficiente para llevar a cabo a cabo estos deplorables actos. Afortunadamente, en Yucatán no se ha perdido la sensibilidad a la violencia y se percibió una expresión colectiva de rechazo y reprobación; debemos procurar esta sensibilidad pues solo cuando nos acostumbremos a estas expresiones violentas habremos perdido la paz y tranquilidad que nos caracteriza.

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