Intenso
CERO Y VAN TRES
Por Manuel Triay Peniche
Señor Jesús, tú conoces la naturaleza humana, no nos pongas estas pruebas tan fuertes porque, obvio que no se mueve la hora del árbol sin tu voluntad y tú estas sacudiendo la mata muy fuerte y nos estás quebrando a todos. No se vale Señor.
Sí, así en la naturaleza humana, hacia allá vamos todos, pero danos chance de asimilar “tus designios”. Hay cosas que calan y en mi familia nos está lloviendo muy fuerte: tres en una semana, Señor Jesús, no es cosa fácil y, la verdad, con todo respecto, ¿Qué te pasa? ¿Por qué nos golpeas tanto que ni tiempo tenemos para llorar a nuestros muertos?
Hace tres días mi primo José Ruy interrumpió nuestra plática telefónica y me dijo: “creo que me está dando un infarto”, y antes de 24 me avisaron de su fallecimiento. Aún no asimilaba la noticia y que te llevas al cielo a mi prima Gloria, también a consecuencia de otro infarto.
Ayer mientras la velamos, platicamos de lo efímero que es la vida, de cómo todos estamos expuestos, de cómo los Triay nos morimos de infartos y hoy, como mago de chistera, te llevas a otro, a mi sobrino Luis Felipe. ¿De qué se trata, Señor?
Tres y van cero, ya debes pararle. Si tu intención es probar nuestra fé has ganado, pero no insistas tanto pues, al menos yo, ya estoy por darte la espalda y es que somos amigos y te quiero mucho pero, de verdad parale. Danos chance, déjanos respirar, Señor Jesús.
En tanto, y en espera de tu misericordia, escucha mi plegaria por aquellos tres que te has llevado en menos de una semana, recíbelos en tu casa y a sus familias, a nuestra familia, dales consuelo. Tu sabes lo que haces, claro que sí, y así lo he dicho a primos, sobrinos y demás familiares, pero me oigo hueco, Señor, de verdad, ya tengo mis dudas. Amén
