A Ben y a Leslie no les gustaba mucho el mundo. Así que hicieron uno propio.
La pareja salió de la sociedad buscando una utopía hecha en casa, viviendo cada estación del año con cosechas y caza. Su asentamiento en el estado de Washington trajo un niño a la vez: Bo, luego Kielyr; Vesper, Rellian, Zaja y Nai. Prácticamente tenían suficiente familia para formar un equipo de béisbol si se quisiera. Ellos escalaban rocas. Recogían pimientos. Leían Clásicos. Y predicaban Ideales.
No había hombres con saco debajo de la cama, pero si había monstruos capitalistas, predicadores y representantes farmacéuticos más allá del bosque. Ben y Leslie querían criar a su familia lejos de una sociedad egoísta y superficial. Se reunían alrededor de una fogata, no del televisor. Nadie podría poseer un iPhone. Y no había enchufes para recargar la cosa de todos modos.
Pero incluso el paraíso no es perfecto. Después del nacimiento de uno de sus bebés, Leslie desarrolló un desequilibrio químico en el cerebro. Se fue a recibir tratamiento y nunca regresó. Y un día, mientras Ben conduce a la ciudad para llamar a la hermana de Leslie y preguntar por ella, escucha sollozos ahogados.
Leslie se había suicidado.
Es bastante difícil perder a alguien que amas. Pero la pérdida desgarradora de Ben no es sólo una tragedia, es un catalizador para una crisis existencial.
Cuando Leslie y Ben salieron tras su utopía, cortaron una gran cantidad de lazos en el camino. Jack, el padre adinerado de Leslie, culpa a Ben de todo. Y si Ben se atreve a mostrar su cara en el funeral en Nuevo México, Jack hará que lo arresten.
Pero aquí está la cosa: Leslie era budista. Ella no quería ser puesta en una caja en el suelo, bajo una lápida cristiana. Además, los niños de Ben quieren ver a su madre por última vez. Ellos tienen derecho a ver a su madre, argumenta.
Entonces, ¿qué debe hacer un padre?
Aliste a los niños para un viaje por carretera, por supuesto, y enseñe a sus hijos el mundo grande y malo, por primera vez.
Positive Elements
Digan lo que quieran acerca de las inclinaciones filosóficas radicales de Ben, pero el toma su papel de padre muy, muy en serio.
Las mañanas comienzan con recorridos por la montaña. Las noches terminan con el tiempo de lectura alrededor de la fogata, y no estamos hablando deGoodnight Moon. Los niños están leyendo Middlemarch y Los Hermanos Karamazov, libros que no se leen hasta que se tiene la carrera de Inglés en la universidad. Los niños no sólo cultivan sus propios alimentos, sino que están al día en cálculo avanzado y física. Los resultados son sorprendentes: el hijo mayor Bo ha sido aceptado en las mejores universidades de la nación. Saja, la pequeña de 8 años no sólo sabe lo que es la Declaración de Derechos (que ya la pone por encima de una cantidad de estadounidenses), sino que puede recitarla y explicar lo que significa cada derecho individual. Y puede señalar momentos relevantes en la historia de Estados Unidos, donde se desafiaron esos derechos.
Pero Ben no es sólo un severo hippie: El ama a sus hijos profundamente, saca lo mejor de ellos y les asegura lo mucho que los aprecia y cuida de ellos. Y ellos devuelven a su amor. O, al menos, la mayor parte del tiempo.
Debido a que Ben parece prácticamente perfecto en todos los sentidos (desde un punto de vista progresista, por supuesto), Captain Fantastic puede ser duro al elogiarlo. Pero hay momentos en los que vemos el humanismo y el amor incluso entre los capitalistas. Jack, el padre de Leslie, no es un tirano: Amaba a su hija mucho y quiere proteger y cuidar a sus nietos. Y Abigail, la esposa de Jack, hace todo lo posible para ayudar a Ben y a Jack a hacer las paces (sus ideologías en conflicto), usando su propio amor como un puente.
