Mundo Generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
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Songdo es un distrito de negocios internacionales ubicado en Corea del Sur. La idea de esta ciudad es integrar eficiencia energética, reciclaje, reducción de residuos, emisión de gases, sistemas de salud y movilidad. El proyecto es ambicioso, pero es muy prometedor para los emprendedores tecnológicos. La seguridad en las calles se realiza gracias a cámaras que le permiten a la autoridad saber quiénes están interactuando en todo momento. Por otro lado, la inteligencia artificial va a auto regular desde los semáforos hasta las zonas de recreo. Una reacción interesante es que hay gente que huye de estas ciudades.
La movilidad en el futuro puede depender del transporte público masivo. Las líneas del metro y los trenes son muy prometedores. A eso le podemos sumar el tema del “Home Office” y sacar de circulación millones de automóviles. Gracias a las emisiones de bolsa es posible construir autopistas que desvíen el tráfico pesado fuera de las urbes. Un algoritmo que maneja los semáforos para evitar atascos es viable. Los temas de logística comercial pueden solucionarse gracias a las aplicaciones como Uber o Rappi. Imagina cientos de drones entregando pizzas por toda la ciudad.
El punto más polémico de una ciudad inteligente es el control de los datos personales. Un gobierno con tanta influencia sobre sus ciudadanos puede ser una pesadilla. Imaginemos un mundo en el que, gracias a los algoritmos, la salud de todos los habitantes cae en manos incorrectas. Los avances deben de ir al mismo paso de la ética. Para poder vivir en equilibrio, los ciudadanos necesitan estar alertas cuidando su libertad. Un tirano bananero con todo ese poder se traduciría en una tragedia. La promesa de un mundo mejor, gracias a la ciencia, está condicionada a un compromiso de bienestar ciudadano.