Mundo Generacional, por: Edwin Carcaño Guerra.
Twitter: @MGeneracional
Las ciudades inteligentes son una solución a muchos de
los problemas que hoy vivimos. En tema del medio ambiente se ha complicado
mucho debido al alto uso de combustibles fósiles. Las cantidades de partículas
tóxicas en el aire son una causa importante de enfermedades y muertes. El
tratamiento de basura necesita llegar a un nivel en el que los residuos se
reutilicen al máximo. La movilidad es un tema de suma importancia, ya que el
tráfico es uno de los peores enemigos de las grandes urbes. ¿Qué soluciones hay
para los próximos 30 años? La respuesta es interesante.
Songdo es un distrito de negocios internacionales
ubicado en Corea del Sur. La idea de esta ciudad es integrar eficiencia
energética, reciclaje, reducción de residuos, emisión de gases, sistemas de
salud y movilidad. El proyecto es ambicioso, pero es muy prometedor para los
emprendedores tecnológicos. La seguridad en las calles se realiza gracias a
cámaras que le permiten a la autoridad saber quiénes están interactuando en
todo momento. Por otro lado, la inteligencia artificial va a auto regular desde
los semáforos hasta las zonas de recreo. Una reacción interesante es que hay
gente que huye de estas ciudades.
La movilidad en el futuro puede depender del
transporte público masivo. Las líneas del metro y los trenes son muy
prometedores. A eso le podemos sumar el tema del “Home Office” y sacar de
circulación millones de automóviles. Gracias a las emisiones de bolsa es
posible construir autopistas que desvíen el tráfico pesado fuera de las urbes.
Un algoritmo que maneja los semáforos para evitar atascos es viable. Los temas
de logística comercial pueden solucionarse gracias a las aplicaciones como Uber
o Rappi. Imagina cientos de drones entregando pizzas por toda la ciudad.
El punto más polémico de una ciudad inteligente es el
control de los datos personales. Un gobierno con tanta influencia sobre sus
ciudadanos puede ser una pesadilla. Imaginemos un mundo en el que, gracias a
los algoritmos, la salud de todos los habitantes cae en manos incorrectas. Los
avances deben de ir al mismo paso de la ética. Para poder vivir en equilibrio,
los ciudadanos necesitan estar alertas cuidando su libertad. Un tirano bananero
con todo ese poder se traduciría en una tragedia. La promesa de un mundo mejor,
gracias a la ciencia, está condicionada a un compromiso de bienestar ciudadano.