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José Francisco Lopez Vargas
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Por Francisco López Vargas

Un rotativo de circulación local publicó el pasado martes 20 de diciembre una relación de quienes podrían ser los aspirantes a candidatos para la gubernatura del Estado en 2018 entre los dos únicos partidos que realmente contienden por ese cargo: el PAN y el PRI.

Y es que para nadie es secreto que más de uno ya anda en esas lides de auto promoverse y muchos de ellos, de los dos partidos, usan sus cargos y presupuestos públicos para tratar de acreditar resultados que los ciudadanos deberíamos de ver y sentir, pero que, por desgracia, no siempre es así.

En el PAN hay quienes ya ven al alcalde Mauricio Vila deshojando la margarita en una decisión que, hay que decirlo, quizá no le corresponda tomar: quedarse como alcalde otros tres años o ser candidato a la gubernatura.

La decisión de los panistas, hasta donde se ve, podría ser por Vila y sus otros dos correligionarios que también tienen aspiraciones. Joaquín Díaz Mena y Renán Barrera Concha son los otros dos nombres que, hasta hoy, se barajan o se ven como los más destacados aspirantes a la nominación.

¿Quién será el mejor para la candidatura? Difícil de responder porque no necesariamente ese será el que resulte ungido. Vila no es el alcalde que haya acreditado resultados que le hayan dado una nueva cara a la ciudad y ni siquiera ha sido capaz de equilibrar las aportaciones municipales entre un norte que crece a pasos agigantados mientras el sur sigue acreditando una marginación y los barrios tradicionales se notan también en el rezago.
Vila ha acreditado que es un administrador y hasta ahí, pero también que su mal carácter y su mala educación afecta a muchos de sus colaboradores que no sólo tienen que soportar sus majaderías sino hasta sus desplantes de prepotencia y soberbia.

El alcalde en funciones se asegura está maniatado y que los intereses de varios de sus colaboradores y de los grupos interno del PAN en la administración municipal lo tienen al margen de las decisiones. Además, el alcalde es capaz de amenazar y mostrar su lado agresivo si se le toca, si se le cuestiona y más si se le critican los defectos de su gestión.

Barrera Concha, a su vez, si fuera el candidato tendría que responder el revés que significó para los meridanos el caso de las luminarias que, hasta ahora contenido, es una gran derrota y provocará un enorme boquete a las finanzas municipales a menos que haya sido parte de la negociación para conseguir el llamado Escudo Yucatán que de la oposición panista pasó a la concesión de hasta más de lo originalmente solicitado. Un tema que en el PAN se evade explicar, como muchas otras cosas de la gestión del dirigente Raúl Paz Alonzo.

El ex alcalde, Renán Barrera, además, tendría que responder por una avenida que nadie sabe para qué se hizo aunque todos lo imaginamos: para darle una salida al desarrollo Cabo Norte y beneficiar a los desarrolladores dándoles plusvalía a una zona en la que hoy no vive nadie y que se justificó como una arteria que comunica a la comisaría de Tixcuytún con el periférico, pero esa comisaría ya tenía salidas a Temozón, a Cholul y hasta a Copó sin que la arteria fuera necesaria y menos que se medio construyera porque hasta ahora no está concluida a pesar de que todas las noches se prenden sus luminarias lo que deja ver que el cuerpo de la derecha en dirección a la comisaria no está terminada y es intransitable hasta ahora. La acusación más severa es que se desviaron recursos destinados para la pobreza en una obra que sólo benefició a constructoras privadas.

Díaz Mena sería quizá la más sólida de las aspiraciones no sólo porque representaría votos del interior del Estado que hoy no usufructuaría nadie sino que junto con la consolidada presencia panista en la capital aportaría una posibilidad de triunfo mayor.

Hasta donde se ha visto, Díaz Mena no ha sido salpicado por denuncias de corrupción ni se le vincula con los famosos “moches” que han hecho crisis entre los gobiernos del PAN.

La decisión no será sencilla porque en el camino podrían sumarse otros interesados en la candidatura. La decisión de lo que se de al interior del PAN tendría que ver con quién resulta el candidato/albiazul a la presidencia porque, hay que decirlo, hasta ahora no pareciera consolidada ninguna de las aspiraciones.

Rafael Moreno Valle, Margarita Zavala Gómez del Campo y Ricardo Anaya Cortés son los tres que se ven hoy en la disputa, pero no se puede descartar que en el camino haya otros que pretendan lograr la postulación de ese partido.

La elección yucateca tendría una gran influencia dependiendo de quien sea el ungido presidencial porque los diferentes grupos al interior del panismo yucateco tienen sus vínculos en esas corrientes.

En próxima entrega veremos los temas del PRI y sus aspirantes.

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