Por Francisco López Vargas
“Sí, sí habrá desbandada, pero no será de los priístas buenos, sino de los malos priístas, los que pertenecen a la vieja guardia, los que representan al viejo PRI, los que han sido acusados de corrupción y de malos manejos”.
Conozco a Ernesto Castillo hace años. Desde que era estudiante, cuando empezó sus pininos escribiendo, cuando fue regidor y ahora diputado y presidente de su partido en Campeche.
Mientras muchos líderes del PRI esquivan cuando se les preguntan si habrá desbandada en el tricolor, Castillo la toma y la responde: “Sí, sí habrá desbandada, pero no será de los priístas buenos, sino de los malos priístas, los que pertenecen a la vieja guardia, los que representan al viejo PRI, los que han sido acusados de corrupción y de malos manejos”.
La pregunta se da cuando un dirigente del PRD campechano, Luis García, asevera que el ex gobernador de Campeche, Antonio González Curi, está tratando de hacer una alianza con Andrés Manuel López Obrador para irse a apoyarlo en Morena luego de hacer una crítica reflexión sobre el instituto político que lo hizo candidato y gobernador a pesar de haber perdido la elección frente a Layda Sansores Sanromán.
Para el ex gobernador González Curi, su paso por el gobierno de Peña Nieto como coordinador del Inafed no valió la pena porque es un gobierno de ocurrencias, que está liderado por gente sin ideología priista y por dirigentes y secretarios emanados de escuelas de derecha.
Sin embargo, en su vídeo, el dirigente del PRD señala que González Curi ya está pactando con quien fue su víctima en 1997: Layda Sansores Sanromán a la que no sólo arrebató la gubernatura sino que luego terminó pagándole 300 millones de pesos –con dinero del erario, por supuesto- para que levantara su plantón permanente frente a un palacio de gobierno convertido en una fortaleza protegida por tráileres y camiones unidos defensa a defensa para impedir el paso de los manifestantes.
El disgusto de Antonio González, manifestado por él en más de una reunión privada, tiene que ver con que, según él, el gobernador Alejandro Moreno Cárdenas debía entregarle varias secretarias y posiciones debido a que él fue no sólo su impulsor sino su más sólido apoyo.
Asevera que en el PRI son unos malagradecidos no sólo porque no le han dado cargos sino porque colocaron como delegado del PRI en Tabasco a su acérrimo enemigo, el hombre que lo hizo alcalde de Campeche y apoyó para ser gobernador, Jorge Salomón Azar García.
En Tabasco, Yucatán, la Ciudad de México y, por supuesto, en Campeche la opinión del ex gobernador lo ha llevado a ser un hombre solitario al que nadie saluda en la calle y que puede pasar ignorado en restaurantes y centros de reunión.
En varias actividades del PRI a las que ha sido invitado por el gobernador Moreno, González Curi termina quejándose, pidiendo posiciones y criticando con poca sutileza y tacto a la dirigencia nacional y al propio presidente Enrique Peña.
De hecho, frente a Enrique Ochoa Reza se atrevió a pedir le diera la Fundación Colosio y posiciones para su hija y su esposa.
En el Foro de Ex Legisladores de Campeche, durante una reunión el fin de semana pasado, González Curi acusó al gobierno federal de no ser congruente, de estar provocando una desbandada de militantes y de que si la izquierda no ha dejado de gobernar la capital de la República ha sido por su eficiencia y buenos gobiernos.
Quien fuera comisionado del Instituto Nacional del Federalismo y Desarrollo Municipal hasta 2015 en el gobierno de Enrique Peña Nieto, no ve nada positivo en la actual administración y subraya que el país es dirigido por ocurrencias y políticos sin mentalidad priista, egresados de universidades de la derecha.
Dijo que los activos del partido son personas como él cuya experiencia está siendo desperdiciada por jóvenes que no tiene ni la militancia y menos la ideología del tricolor.
Ese mismo sábado, por la noche, empezó a circular el vídeo del perredista en la que detalla la presunta negociación de González Curi con Morena.
En su pasado, González Curi y su hermano Jorge Luis fueron invitados a colaborar con Alvaro Arceo Corcuera quien fue durante muchos años el delfín de Carlos Sansores Pérez. Afiliados a ese grupo político, los González fueron colaboradores del famoso Negro Sansores hasta que en 1996 Layda Sansores votó contra el IVA y abandonó el PRI, ese que dirigió su padre en tiempos de Reyes Heroles y López Portillo.
Así, la hija de Sansores fue arropada por Andrés Manuel López Obrador quien la hizo candidata a gobernadora del PRD cuando él era presidente de ese partido en 1997, elección que ganó y que le fue arrebata la madrugada del día de los comicios por una operación política de la coordinación de campaña y la dirigencia priista. Después de esa victoria opositora, Campeche logró luego una presencia fuerte del PAN cuyo candidato Juan Carlos del Río González le habría ganado la elección al priista Jorge Carlos Hurtado, misma que perdió en tribunales.
Ahora, el ex gobernador González, quien gobernó directamente doce años a través de su empleado Hurtado, se queja de que no le permitieron perpetuar a sus colabores en el gobierno campechano sin reparar que las prácticas políticas como las suyas son precisamente las que han llevado al PRI a la derrota.
En su sexenio, González no sólo hizo a un lado a los priistas que lo ayudaron sino que convirtió a ese partido en su coto personal al extremo que entre él y su hermano Jorge Luis designaron a su sucesor cuya elección significó un pequeño sisma que terminó cuando Fernando Ortega Bernés, quien era al que respaldaba la sociedad, fue desplazado para hacerlo candidato a alcalde. Los votos de Ortega en la capital habrían significado la diferencia para el triunfo de Hurtado, quien no cambió a ninguno de los operadores de González Curi dejando al secretario de Gobierno, Carlos Felipe Ortega Rubio, al tesorero Víctor Santiago Pérez, y por si fuera poco nombrando a Jorge Luis González Curi secretario de Turismo y alineando el gobierno al tema turístico al extremo de que el plan estatal de desarrollo hacía esa actividad como prioridad sin que hayan tenido éxito.
Años después, Ortega Rubio sería candidato a alcalde en la elección intermedia con el triunfo apabullante del PAN en la capital campechana y cinco ayuntamientos.
De hecho, durante el gobierno de González Curi en 2000, Ciudad del Carmen, la capital económica de Campeche hasta la reforma energética, terminó gobernada por el PAN.