Por Francisco López Vargas
Carlos Salinas de Gortari es un personaje. Nunca pasa desapercibido y siempre genera polémica su presencia.
El peor enemigo y el jefe de la mafia del poder, según Andrés Manuel López Obrador, estuvo en Campeche y vaya que suscitó interés luego de que el gobernador, Alejandro Moreno Cárdenas, lo invitase a su casa para una comida con más de 70 personas entre las que se contaron los cuatro ex gobernadores e hicieron uso de la palabra.
Abelardo Carrillo Zavala, Jorge Salomón Azar García, Antonio González Curi y hasta Jorge Carlos Hurtado se dieron cita en Lomas del Castillo para departir con quien es quizá el más polémico presidente de la República.
Para muchos, Salinas fue el que cambió el panorama de México ante el mundo, el que fracasó en su pretensión de hacerlo parte de los primeros países del orbe, al que le mataron a su candidato y delfín presidencial, al que se le cobró la factura por querer cambiar al PRI, su partido, ese que todavía genera polémica, acusaciones de robos electorales.
Pero el PRI ya no es el que cambió con Salinas y que perdió la presidencia con Ernesto Zedillo y con Vicente Fox; que la recuperó con Calderón y entronizó a Enrique Peña Nieto, su presidente más odiado, al que el país le negó su simpatía. Peña, el hombre de las reformas, el hombre de los cambios constitucionales para permitir invertir a la iniciativa privada en el petróleo, en la energía eléctrica. El hombre de los 60 millones de pobres y aumentando.
Vladimir de la Torre narra el encuentro en su columna Golpe de Timón del matutino campechano Expreso. Dice que más de 40 personas se dieron cita en el evento y que ninguna de ellas fue informada de a quien se recibiría para comer.
Salinas estaba ahí con el único gobernador que coincidió con él durante su gestión presidencial y que él mismo escogió a sugerencia de Luis Donaldo Colosio, su amigo, su candidato presidencial, su hombre de confianza. También estaba Abelardo, con sus anécdotas de Don Fidel Velázquez, a quien debía su gestión. Salinas ya lo encontró en el cargo y así lo trató: siempre con respeto.
El día dio para agendar un compromiso. El puente Carmen-Zacatal cumple 25 años en 2019 cuando Alejandro Moreno Cárdenas sea aún gobernador. La obra fue inaugurada por Salinas durante la gestión de Azar García por lo que se comprometieron a realizar el festejo correspondiente.
Y ahí el ex gobernador no dejó pasar el recuerdo: una reunión en Los Pinos con Patrocinio González Blanco Garrido-Abreu, secretario de Gobernación; Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda; Luis Donaldo Colosio, secretario de Desarrollo Social; Emilio Gamboa Patrón, secretario de Comunicaciones y Transportes; Manuel Gurría Ordoñez, gobernador de Tabasco y Azar García por Campeche.
Ahí se definió hacia donde se iría Petróleos Mexicanos Exploración y Producción que terminó siendo Tabasco y el Puente que terminó haciéndose en Campeche.
-Te pregunté qué escogías gobernador. Te hubiera dado ambas opciones para Campeche, le dijo Salinas.
-No iba a dejar la necesidad más sentida por los carmelitas sin respuesta, presidente. Opté por el puente y Pemex se fue a Tabasco ¿se imagina si se hubiera optado por Pemex a Campeche? Ahora la crisis sería para todo el Estado y no sólo para la isla.
El convivio siguió con las intervenciones de otros exgobernadores. Moreno había acordado dejar hablar a cerca de diez invitados, quienes en todo momento desconocieron la identidad del ex presidente Salinas y su hijo Emiliano, que al cierre del cónclave partieron a La Habana para la presentación de un libro.
¿Sigue Salinas vigente? Sí, es un protagonista de la vida política actual del país y vaya que interviene en ella.
¿Será un factor determinante en la elección del candidato presidencial de su partido? La ortodoxia política priista señala que esa decisión sólo será del presidente en turno aunque hoy hay grupos al interior del PRI que se niegan a aceptar la influencia presidencial para esa disposición de final de su gobierno.
Apadrinados por Ulises Ruiz, Manlio Fabio, Emilio Gamboa, y hasta Ivonne Ortega, los inconformes consideran que el partido se ha despegado de la militancia –cuando no- y que la imposición de un candidato ajeno al PRI se sigue una ruta a la derrota.
Amenazan con dejar al tricolor si la decisión no se apega a sus exigencias y vaticina una derrota ante la oposición de izquierda, en particular contra Andrés Manuel López Obrador y su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).


