Los matadores Mario Sotos y Jussef estuvieron conviviendo con jóvenes aficionados al arte de la tauromaquia, fueron alrededor de 30 personas entre niños, jóvenes y mujeres quienes estuvieron escuchando y aprendiendo lo básico en la fiesta brava. Llamo la atención un niño de 6 años de nombre Thiago que respondía todo lo que los matadores comentaban sobre el toreo. La clase duro alrededor de dos horas y valió la pena ver qué todavía el toro tiene interés en la familia.