Dos vehículos y tres motocicletas escoltaron al vehículo que estalló frente a la comandancia de la policía comunitaria de Coahuayana, Michoacán, durante la mañana del pasado sábado, según videos en poder de las autoridades.
De acuerdo con las grabaciones, una camioneta negra —que posteriormente se convirtió en el coche bomba— y un sedán blanco se detuvieron cerca de las 07:30 horas en el puente de Coahuayana, sobre la carretera costera 200, en el límite entre Michoacán y Colima. A las 07:42, ambos vehículos aparecieron en el acotamiento; el auto blanco abrió el cofre del sedán negro, lo que sugiere que le suministraron energía para encender el motor. Después de una serie de maniobras, comenzaron su desplazamiento con normalidad sobre la carretera.
La camioneta transportaba un cargamento de plátanos —entre los cuales estaban ocultos los explosivos—. El recorrido culminó cuando la camioneta negra ingresó al centro de Coahuayana, acompañada por el sedán blanco, para detenerse a 30 metros de la presidencia municipal; luego, el vehículo estalló con dos personas en su interior, cuyos restos quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 250 metros.
Autoridades del gobierno federal, representadas por Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), han indicado que la investigación ya no se considera como un acto de terrorismo, sino como un acto de delincuencia organizada. “Estos son delitos de tráfico de armas… no es por terrorismo”, declaró.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum subrayó que este atentado no constituye un ataque directo en contra del gobierno, sino que refleja “la situación de los grupos delictivos que hay ahí”.
La revelación de esta caravana —dos vehículos y tres motos— que escoltó al coche bomba, arroja nueva luz sobre la planificación y ejecución del atentado, y subraya la necesidad de esclarecer posibles redes de apoyo logístico detrás del hecho.


