En un paso crucial para la protección de los derechos de la infancia, el Senado de Colombia aprobó el miércoles 13 de noviembre una ley que prohíbe el matrimonio de menores de 18 años. Esta legislación marca un cambio significativo en un país que hasta ahora mantenía una de las normativas más permisivas en América Latina sobre este tema, permitiendo los matrimonios a partir de los 14 años con el consentimiento de los padres.
Con el lema “Son niñas, no esposas”, la ley busca erradicar el matrimonio infantil y las uniones tempranas forzadas de menores en Colombia, una práctica que afecta a miles de niñas y adolescentes en el país. Según cifras oficiales, en 2023 se celebraron 114 matrimonios en los que al menos uno de los involucrados era menor de edad, lo que subraya la urgencia de la medida.
La propuesta fue presentada y respaldada por las representantes Alexandra Vásquez y Jennifer Pedraza, quienes junto a otros congresistas lucharon por la aprobación de la ley durante años. Esta es la octava vez que se presenta una iniciativa similar desde 2007, y finalmente logró el respaldo necesario del Senado. La ley se convertirá en oficial una vez que el presidente Gustavo Petro la sancione, un paso que se espera sea formalizado en los próximos días.
“Le cumplimos a las niñas, niños y adolescentes. Después de ocho intentos fallidos, hoy no puedo estar más feliz. Gracias a todos y todas quienes formaron parte de esta iniciativa. Ahora esperamos la sanción del presidente Petro para que sea una realidad”, expresó la representante Vásquez, visiblemente emocionada tras la aprobación del proyecto.
Por su parte, la representante Jennifer Pedraza, del partido progresista Dignidad y Compromiso, también celebró la victoria: “Gracias a cada persona que nos acompañó, el Congreso aprobó el proyecto de ley para eliminar el matrimonio infantil. Esto es un triunfo de todos y todas”, destacó.
A pesar de la victoria legislativa, la implementación de la ley enfrenta retos significativos. Se requiere un fuerte compromiso político y social para garantizar que las nuevas disposiciones sean efectivas, especialmente en las regiones donde el matrimonio infantil sigue siendo una práctica arraigada. La ley representa un avance en la protección de los derechos de las niñas y adolescentes, pero su éxito dependerá de una adecuada implementación y el apoyo de todos los sectores de la sociedad colombiana.
