La Revista

Colosio, Aburto, el narco

Jorge Fernández Menéndez
Jorge Fernández Menéndez
Sígueme en redes sociales:

Razones, por: Jorge Fernández Menéndez. 

En esos extraños ajustes de cuentas con el pasado que
lleva a cabo la administración López Obrador, le tocó también una revisión al
caso de Luis Donaldo Colosio, asesinado un 23 de marzo, hace 29 años. Lo hace
de la peor manera posible: abriendo la posibilidad de que Mario Aburto, el
asesino del entonces candidato priista, pueda quedar en libertad argumentando
que fue torturado cuando fue detenido aquella tarde en Lomas Taurinas, donde
disparó contra Luis Donaldo.

Pese a que Pablo Chapa Bezanilla sembró un camino de
bombas que trató de darle la salida política que él consideraba oportuna en
esos años, la investigación posterior de la fiscalía especial que encabezó Luis
Raúl González Pérez no dejó lugar a dudas sobre que fue Aburto el asesino. Que
sea ahora la CNDH (de la que también González Pérez fue presidente) la que
quiera reabrir la investigación para liberar a Aburto dice mucho del sinsentido
que marca el accionar de la comisión desde que la señora Piedra Ibarra la
encabeza.

Permítame contarle —ya lo hemos hecho aquí en otra
ocasión— lo que este reportero investigó desde mediados de 1994 y que hemos
seguido trabajando todos estos años.

En Tamaulipas, desde principios de los 80, había
nacido una banda criminal llamada Los Texas, conformada por pequeños narcotraficantes
enlazados familiarmente. Su jefe era Arturo Martínez Herrera. El número dos era
su hermano Guillermo; otro hermano, Daniel, era el tercero al mando, se hacían
llamar Caballero Águila Uno, Dos, Tres, respectivamente. Se hicieron muy
conocidos por controlar el paso de indocumentados en Nuevo Laredo y,
posteriormente, por ser contratados como asesinos a sueldo. En la red de
tráfico de personas que se iniciaba en Centroamérica y terminaba en Texas, este
grupo se caracterizó por ser el más sanguinario.

Dicha banda creció porque tuvo el apoyo de otro
personaje célebre: Guillermo González Calderoni, quien, al ascender al cargo de
director de Intercepción Aérea, Terrestre y Marítima de la PJF, enviaba parte
de los decomisos realizados por esa corporación a Los Texas para que ellos los
ingresaran al otro lado de la frontera. Los Texas trabajaron durante años,
tanto para González Calderoni como para Juan García Ábrego. Llegaron a contar
con unos 50 pistoleros entrenados por Jaime González Bath, un exmiembro de las
fuerzas especiales de Estados Unidos y luego preso en ese país.

En 1994 llegó a Nuevo Laredo un nuevo comandante de la
Policía Judicial Federal, Luis del Moral, que se negó a aceptar un portafolio
con 200 mil dólares que le enviaba Arturo Martínez Herrera. Unos días después
fue interceptado su vehículo y asesinado junto con sus escoltas. Pero, en esa
operación, un agente de la PJF que sobrevivió al ataque logró detener a
Guillermo Martínez Herrera. Mientras tanto, designado por González Calderoni,
Arturo Martínez, el verdadero jefe de la banda, estaba acreditado como
comandante de la PJF en Piedras Negras.

¿Cómo participaron Los Texas en la desestabilización
de 1994? Una forma fue evidente: el primer personaje contratado para asesinar a
José Francisco Ruiz Massieu fue Carmelo Herrera, primo de Los Texas y miembro
de la banda. Como se recordará, después de dos meses de seguimiento del
político guerrerense, por alguna razón dejó esa encomienda y se fugó con los
300 mil pesos que le habían pagado. Antes, en 1993, Carmelo había sido detenido
en el aeropuerto capitalino cuando transportaba 700 mil dólares en efectivo que
pertenecían al Cártel del Golfo. A pesar de que la detención fue pública, a los
pocos días fue dejado en libertad “por falta de pruebas”.

Carmelo Herrera era narcotraficante, pero también
madrina del comandante de la PJF José Luis Larrazolo, un cercanísimo
colaborador de González Calderoni. Larrazolo fue asesinado el 2 de febrero de
1994 a las puertas de su casa en el Pedregal, al sur de la Ciudad de México.
Larrazolo había encabezado el comando que semanas antes había intentado
asesinar en el restaurante Bali Hai de la Ciudad de México a su enemigo, Amado
Carrillo Fuentes, y a su familia. Antes, Larrazolo y Carmelo Herrera habían
trabajado juntos en la PJF en Mérida.

Como dijimos, Carmelo Herrera era primo de Arturo y
Guillermo Martínez Herrera. Carmelo también era vecino del tío de un señor que
se llama Mario Aburto. En esa casa, en el norte de Veracruz, conviviendo con
ese tío, se supone que Aburto escribió aquellos cuadernos que se encontraron en
un baúl en Tijuana. ¿Cómo se identificaba a sí mismo Aburto en esos cuadernos?:
como un “Caballero Águila”. ¿Cómo se identificaban a sí mismos los miembros de
Los Texas?: como Águila I, Águila II, III, y así sucesivamente. ¿En dónde se le
perdió el rastro al revólver Taurus que sirvió para asesinar a Colosio?: en
Tamaulipas, precisamente en Nuevo Laredo. ¿Qué había sucedido un mes antes del
crimen? Humberto García Abrego había sido corrido de una cena que se le había
hecho a Colosio en Monterrey, por órdenes del propio candidato presidencial.
Los García Abrego aseguraban que habían “invertido” en la campaña presidencial
y Colosio, expulsando a Humberto de la cena, quería mandar el mensaje de que no
tenía relación con ellos. ¿Para quién trabajaban Los Texas? Para los García
Abrego. Saque usted sus propias conclusiones y haga llegar sus derivaciones
hasta el día de hoy, 29 años y muchos miles de muertos después.

Jorge Fernández Menéndez
Jorge Fernández Menéndez
Sígueme en redes sociales:

No quedes sin leer...

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Lo último