Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
Recuerdo perfectamente un texto que redacté hace 4 años cuando ganó Donald Trump la presidencia del otrora llamado país más poderoso del mundo y en aquel documento cité un retorno al pasado. Ahora, el pueblo de Estados Unidos decidió rectificar y retomar el sendero que transitaba con Barak Obama quien dicho sea de paso fue pieza clave en el triunfo de Joe Biden, quien de acuerdo con las proyecciones de las principales cadenas de televisión y agencias de noticias del vecino del norte, es el presidente electo número 46 de la Unión Americana.
Tras declararlo el ganador en el estado clave de Pennsylvania, Biden superó los 270 votos electorales que necesitaba para ganar la presidencia. Aún no hay información oficial de las autoridades electorales pero los medios señalan que la tendencia es irreversible. La agencia Associated Press, que le había atribuido también Arizona, muestra a Biden con 284 votos electorales, mientras que otros medios, que no le declaraban aún Arizona, lo colocan con 273, publicó hace unos momentos el periódico capitalino El Universal.
Normalmente, el presidente de los Estados Unidos ocupa la titularidad por un periodo de 8 años, dividido en dos gestiones de 4, pero en este caso los electores determinaron que no sería así, que Donald Trump tenía que dejar el cargo y punto. El aún presidente en funciones, Trump, quien estará en la Sala Oval de la Casa Blanca hasta el 20 de enero, disputó a rabiar su reelección pero finalmente le fue imposible; ahora uno de los hombres más ricos del mundo regresará a sus negocios que se extienden por diversos puntos del planeta y dejará en manos de un político de carrera el destino del país “adalid” de la democracia.
América Primero, eran las dos palabras mágicas de Trump quien durante sus cuatro años mantuvo en vilo al mundo con su discurso agresivo, su carácter irascible, desplantes y discursos nada agradables como los dedicados a los vecinos del sur, nosotros, los mexicanos, a quienes nos calificó como una bola de narcotraficantes, violadores y rufianes, entre muchos otros calificativos más.
A nivel global y hasta hace unas cuentas semanas Trump no dejó de culpar a la República Popular China de exportar el virus del COVID-19 que hoy tiene en la lona a los norteamericanos siendo a nivel global el país con el mayor número de contagios y muertes. Concilió con el eterno líder de Corea del Norte pero su política interna siempre fue errante y finalmente sus gobernados determinaron ponerle un hasta aquí, sobre todo después de los disturbios de carácter racional que se desataron en diversas ciudades y generaron una ola interminable de violencia.
Ahora, muchos se preguntan si con la derrota de Donald Trump, ¿el mundo de la geopolítica registrará una reingeniería? definitivamente sí, quieres o no, los Estados Unidos aun son una enorme potencia económica, política y militar y este proceso tendrá un efecto domino en otros países amigos y aliados, tanto del continente como de otras latitudes tales como Europa e incluso Asia. ¿Se dieron cuenta u observaron que durante todo este proceso electoral en Estados Unidos no se oyó ni vió a Vladimir Putin?. ¿Recuerdan que, cuando ganó Trump, se desató una gran polémica por la injerencia de Rusia?….Bien, ahora estamos viviendo una nueva reconfiguración de la política internacional cuyos alcances serán graduales y que forman parte también de la “Nueva Normalidad”.
PD. Prioridad para Biden será la vacuna contra el COVID-19 para ya ponerle un alto al virus que ya le arrebató la vida a miles de norteamericanos y de seres humanos en todo el mundo. Y, se me olvidaba, tal vez la pieza más importante del ajedrez, Kamala Harris, de origen afroamericano y quien será la primera mujer vicepresidenta de los Estados Unidos. Ya tuvo un líder de color en Barak Obama, ahora tiene a una mujer detrás de la silla presidencial. Veremos.