Por Yazmín Rodríguez Galaz
yazrodriguezg@gmail.com
LO OCURRIDO EN VARIAS ENTIDADES DEL PAÍS en los comicios del 5 de junio pasado
provocará tarde que temprano que la mayoría de los partidos políticos busque llegar a nuevos escenarios políticos mediante alianzas o coaliciones, en un intento por convencer a los electores de nuevas formas o propuestas de gobierno.
En el caso de Yucatán se antoja difícil una nueva alianza entre el PAN y el PRD como ocurrió en el 2000, cuando finalmente el blanquiazul alcanzó su primera gubernatura, pero que a la larga no le fructificó al PRD, que se quejó de la marginación en el ejercicio de gobierno que le hizo ese partido y que a la vez le infligió el entonces mandatario Patricio Patrón Laviada.
Por esa inicial y truncada experiencia, al menos el PRD de Yucatán observa casi imposible una repetición de lo que ocurrió en otras plazas, la más cercana, Quintana Roo.
Sin embargo, la tendencia podría darse en el 2018, dependiendo de lo que ocurra a nivel nacional y en el caso del PRI local, ya se dijo que buscaría alianzas con varias fuerzas políticas que, claro está, no tengan nada que ver con el PAN.
Por parte de Acción Nacional se observa que hay la intención de buscar alianzas que le han dado resultados a la hora de competir electoralmente, pero aún no se clarifica con quién o quiénes podrían ser.
Por otro lado habrá qué estar a la expectativa en cuanto a la postura que asuman los llamados o conocidos como “partidos pequeños”, sobre todo porque la mayoría casi siempre busca aliarse con partidos de mayor estructura o posibilidades.
Asimismo, es digno de analizar que existen antecedentes y datos reales de que las alianzas u coaliciones funcionan beneficiando a los partidos al asumir a posiciones de poder, pero que luego, en el ejercicio de gobierno se dan situaciones que acaban por perjudicar a los mismos ciudadanos.
Un ejemplo claro e inmediato es la alianza entre el PRD y el Panal que llevó a ambos partidos al gobierno municipal del puerto de Progreso, pero a unos meses de distancia se observa difícil el ejercicio de gobernar entre ambas fuerzas políticas y, que a simple vista, confirman que no tienen mucho en común.
Hay similitudes también de fricciones entre alianzas que, tras ganar, se complican a la hora de llegar al gobierno.
Ambas situaciones son también motivo de observación, pues pareciera que los partidos políticos se alían en condiciones claras para ganar elecciones, pero no definen aspectos de cómo trabajarían en caso de ser gobierno.
Y también ha ocurrido que con el ascenso de fuerzas opositoras a gobiernos municipales, surgen los problemas sobre cómo gobiernan y responden a las demandas o peticiones de la sociedad en su conjunto.
Aunque faltan meses de distancia para la elección en Yucatán, en el 2018, se observan ya los movimientos y el trabajo previo que habrán de iniciar los partidos políticos hacia esa elección.
De golpe y porrazo…
Después de muchos conflictos y desavenencias, todo indica que el servicio Uber seguirá sus operaciones en Mérida y sin problemas y que muy probablemente existan condiciones para el establecimiento de otras plataformas digitales que brinden igual servicio.
También existe la necesidad por parte de otros sindicatos que brindan servicio de taxi de adaptarse y mejorar sus condiciones hacia el usuario, pues los niveles de competencia obligarán a la eficiencia. Eso en términos generales será bueno para la ciudadanía y la plaza.
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Pues el gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, arengó a su militancia para que trabajen con mayor fuerza pensando en las elecciones del 2018.
Sí existía duda acerca de que el mandatario estatal estuviera dispuesto a entregar la estafeta del poder a la oposición, aseguró que sería honroso que el PRI ganara nuevamente la gubernatura de Yucatán.
Pero mensaje también al interior no quiere arrogancia y prepotencia de poder, ya que la gente desea respuestas, no pretextos.
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Los conflictos entre pescadores en la zona costera sigue dando de qué hablar, pues al iniciar la temporada de langosta, los de Dzilam de Bravo se quejaron de “foráneos” que vienen a quitarles el producto existente en esa región.
Esos problemas obligan a las autoridades a estar pendientes ante el surgimiento de violencia y de mayores conflictos.
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