Por Yazmín Rodríguez Galaz
Hacia el mismo interior del Partido Acción Nacional (PAN) ya se analiza la viabilidad de que el actual alcalde de Mérida, Mauricio Vila Dosal, sea finalmente el mejor candidato de ese partido para competir en las elecciones del 2018 y empezar a pensar en quién sería el que o la que, le podría suceder en la Comuna meridana.
Hoy por hoy, independientemente de lo que ha ocurrido con el tiradero de ácido en las calles de Mérida y el involucramiento del presidente del comité municipal panista, Jesús Pérez Ballote en todo ese relajo y que obvio, es uno de los cercanos al propio Vila Dosal, al PAN le conviene postular a un candidato que pueda tener los arrestos para vencer a sus tradicionales adversarios, los del PRI.
Es sabido al interior de Acción Nacional que un pudiente grupo de empresarios locales- de mucho peso- podría contribuir a que la balanza se inclinara a favor del actual alcalde meridano.
Sin embargo, quien parece no estar conforme con esto, es el ex alcalde de Mérida, Renán Barrera Concha, quien –se asegura- a través de su hermano, Jorge Barrera, ya anda pasando “charola” con cercanos e interesados en apostarle al futuro del mismo Barrera Concha.
La gente del ex alcalde dice que su líder iría a “ganar o ganar…” ya que sí no obtiene la candidatura al gobierno del Estado en el 2018, mínimo tendría la posibilidad de repetir como candidato a la alcaldía de Mérida, haciendo a un lado las aspiraciones de otra posible candidata, Cecilia Patrón Laviada quien claramente parece tener el apoyo y simpatía de Vila Dosal para que pueda ser su sucesora en el palacio municipal meridano.
El caso es que el ex alcalde meridano Barrera Concha, quien presume de tener apoyo nacional en el CEN de su partido, ya se anda moviendo de un lado a otro para que su más cercano adversario- Vila Dosal- no resulte ser el candidato a la gubernatura yucateca.
Lo que sí es una cruel y cruda realidad para los del PAN es que todavía no logran ponerse de acuerdo y ni el mismísimo presidente estatal Raúl Paz Alonso, ha podido contener los ímpetus de varios de sus correligionarios de partido. A casi un año de distancia, la situación va que vuela entre los panistas locales.
Por otro lado, el panismo ya está analizando que sacar a su candidato al gobierno del Estado no tendrá que ver con lo que haga o deje de hacer el PRI a la hora de seleccionar a su aspirante a relevar a Rolando Zapata Bello el próximo año.
Los tiempos entre el PAN y el PRI no serán iguales y mucho menos en cuanto a la selección de sus candidaturas.
La elección del 2018 es la llamada “elección grande”, porque estarán en disputa la mayor parte de las posiciones en disputa que son sumamente importantes, entre ellas, la gubernatura, la mayoría en el Congreso del Estado, 106 alcaldías .-incluyendo Mérida- y las diputaciones federales y dos senadurías. Esto, independientemente de que será concurrente con la elección presidencial.
Así que el reloj sigue su marcha y los partidos políticos ya apurados rumbo a lo que será su futuro electoral.
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De golpe y porrazo
Pues el próximo 2 de Julio está prevista una visita de Andrés Manuel López Obrador a Yucatán y como pocas veces, estará en Mérida.
Por lo general, el dirigente de Morena acude a municipios del ámbito rural pero en esta ocasión estará buen tiempo en Mérida, al parecer porque quieren medir el impacto real de ese partido en la capital del Estado. En donde seguramente veremos a los mismos morenistas que visitará en el interior del Estado.
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Pues finalmente el gobierno del Estado decidió dar una prórroga a los incumplidos y será hasta septiembre cuando concluya el plazo para cumplir con el remplacamiento.
No gustó la decisión porque entonces ¿quién premia a los que cumplieron en tiempo y forma? Se preguntaron varios de los que con toda anticipación y paciencia, hicieron su trámite en las fechas en que les correspondía.
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Al que le ha ido “como en feria” es al diputado priista Henry Sosa Marrufo, a quien sus mismos compañeros legisladores del PRI, acusan de mal geniudo y de asumir posturas groseras, que no corresponden a la investidura de un legislador.
Lo que ha ocurrido por esa situación, es que la mayoría de los legisladores –no solo del PRI sino hasta de las otras bancadas- prefieren evitar y evadir al diputado, pues es muy desagradable su mala cara e incluso su lenguaje soez y vulgar.
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De esto y más estaremos pendientes.
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