En una nueva escalada de presión contra el régimen de Nicolás Maduro, el Departamento de Justicia de Estados Unidos confiscó un avión oficial utilizado por el mandatario venezolano. Esta acción es parte de las sanciones impuestas por Washington contra Venezuela, en respuesta a las continuas violaciones de derechos humanos y la falta de democracia en el país sudamericano.
El avión, un Airbus A319, fue incautado en cumplimiento de las sanciones que Estados Unidos ha venido imponiendo desde 2019 contra altos funcionarios del gobierno venezolano y entidades asociadas al régimen de Maduro. “Este tipo de medidas refuerzan nuestro compromiso de hacer responsable al régimen de Maduro por sus actos”, declaró un portavoz del Departamento de Justicia.
La confiscación de la aeronave es un golpe simbólico y logístico para el gobierno venezolano, que ha sido objeto de una creciente presión internacional. Estas sanciones buscan aislar aún más a Maduro y a su círculo cercano, limitando su movilidad y acceso a recursos que podrían ser utilizados para sostener su régimen.
El gobierno venezolano, por su parte, ha condenado esta acción, calificándola como una violación flagrante de la soberanía de Venezuela. En un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela afirmó que “Estados Unidos sigue utilizando sanciones ilegítimas como un arma para imponer su voluntad sobre pueblos soberanos”.
Esta incautación se suma a otras medidas similares adoptadas por Washington, que incluyen la confiscación de propiedades y activos de funcionarios venezolanos en territorio estadounidense.
