En las primeras horas del 11 de septiembre de 2024, un ataque aéreo de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) impactó en un refugio de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) en la Franja de Gaza, dejando al menos 13 muertos, entre ellos dos trabajadores humanitarios. El refugio, ubicado en la zona de Jan Yunis, era considerado un espacio seguro para civiles desplazados por el conflicto en curso entre Israel y el grupo militante Hamás.
Según las autoridades palestinas, entre las víctimas se encontraban mujeres y niños, lo que ha generado una fuerte condena internacional. La ONU denunció que sus trabajadores humanitarios estaban en peligro debido a estas operaciones militares, criticando las acciones de Israel por violar las normas humanitarias. “El personal de la ONU se encontraba en el lugar cuando el ataque ocurrió, lo que representa una amenaza inaceptable para la seguridad de los trabajadores humanitarios”, señalaron representantes de la organización.
Por su parte, las FDI han declarado que el objetivo del ataque era un centro de comando de Hamás, afirmando que tomaron medidas para minimizar las bajas civiles. Sin embargo, las imágenes de los escombros y el testimonio de los sobrevivientes han avivado las críticas sobre el uso desproporcionado de la fuerza en áreas pobladas por civiles.
Este incidente se enmarca en una escalada de la violencia en Gaza, donde Israel ha intensificado sus operaciones militares en respuesta a los ataques con cohetes lanzados por Hamás. La situación ha dejado miles de muertos en ambos lados, exacerbando la crisis humanitaria en la región.
