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Construir, es una constante superación de desafíos.

Raul Monforte González
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Construyendo, por: Raúl Asís Monforte González.

E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González. Twitter: @raulmonforteg

Ahora que, debido a mi posición de liderazgo al frente
de las empresas de la industria de la construcción de Yucatán, me ha tocado
estar en contacto con colegas empresarios de todo México, he podido conocer, con
demasiada frecuencia, historias de verdaderos héroes de esta industria, que es
como yo califico a quienes han logrado superar al menos una década de vida con
sus empresas constructoras.

En todas esas historias, hay un factor constante:
todas ellas han pasado momentos de aparente bonanza, pero también por momentos
en que se han colocado al borde de la quiebra y la desaparición. Calificar a mis
colegas empresarios como héroes, obedece justamente a esa capacidad que
tuvieron para mantener a flote la nave y superar esa amenaza.

Cada momento de la historia tiene sus propios desafíos
particulares. Hoy, habitamos un mundo que es frágil, uno en el que todo parece
estar en orden y con calma en la superficie, pero que un poquito más profundo,
podría estarse revelando el umbral de un rompimiento súbito y con implicaciones
sistémicas.

Esto quiere decir que en caso de un fracaso, en
algunos sectores como la industria de la construcción o el energético, se
propagan perturbaciones no solamente hacia otros sectores, sino a otras
regiones del planeta. Es frecuente observar situaciones de aparente
estabilidad, que se desmoronan ante una disruptiva e imprevisible alteración de
las condiciones en que se estaba desarrollando un proyecto que parecía
confiable.

Vivimos también en un mundo que consume vorazmente
enormes cantidades de información, una “nueva materia prima” que se produce en
exceso, al grado de que somos incapaces de procesarla adecuadamente y
analizarla objetivamente, para que eso nos conduzca a una toma de decisiones
intrépidas pero más inteligentes. A pesar de que contamos con las suficientes
herramientas tecnológicas para realizar por nosotros esa labor, cuando hay que
actuar bajo presión y urgencia, nos paralizamos ante la ansiedad que nos
domina. También ha dejado de ser una regla el comportamiento lineal de las
cosas y las situaciones, ya no siempre es factible una relación causa y efecto.
Antes decíamos los optimistas: “para atrás, ni para tomar impulso”. Hoy en
cambio, parece cobrar sentido hacer pequeños avances tácticos, pero también leves
retrocesos o desviaciones estratégicas.

Todo lo anterior arroja una nube de niebla sobre el
camino, que nos impide tener una idea clara de los acontecimientos, los vuelve
incomprensibles, y nos incapacita para hacer interpretaciones o diagnósticos certeros,
lo cual dificulta encontrar respuestas correctas a cada desafío que se nos
presenta.

El exceso de información, lejos de mejorar nuestra
capacidad de llegar a resultados, produce un ruido perturbador que obscurece
nuestra serenidad y paraliza el proceso creativo que debería prevalecer en
nuestras actividades cotidianas, especialmente en los negocios.

En consecuencia, los empresarios constructores, pero
también los de cualquier otra industria, enfrentamos hoy circunstancias aún más
complejas que aquellas que enfrentamos en el pasado, pero mantengo un renovado
optimismo y creo firmemente en la capacidad del ser humano de sobreponerse a
dichas situaciones, y de vencer las pruebas que se nos pongan enfrente.

Raul Monforte González
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