El director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos ha declarado que su país no está en guerra con Venezuela, en respuesta a las recientes deportaciones de ciudadanos venezolanos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798.
Estas deportaciones han generado controversia y preocupación en diversos sectores. El gobierno de Nicolás Maduro ha calificado las acciones como un “secuestro” y ha negado cualquier vínculo entre los deportados y organizaciones criminales.
Organizaciones de derechos humanos han expresado inquietudes sobre el uso de leyes históricas para justificar estas deportaciones, señalando posibles violaciones al debido proceso y a los derechos fundamentales de los afectados.
El gobierno de El Salvador, por su parte, ha recibido a los deportados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), una prisión de máxima seguridad conocida por sus estrictas condiciones.
Mientras tanto, el Departamento de Estado de EE.UU. ha instado a Venezuela a aceptar la repatriación de sus ciudadanos que se encuentran ilegalmente en territorio estadounidense.