Corea del Sur enfrenta una grave crisis debido a múltiples incendios forestales que han devastado las regiones sureste del país, cobrando la vida de al menos cuatro personas y obligando a evacuar a cientos de ciudadanos. Las provincias de Gyeongsang del Norte y Gyeongsang del Sur, así como la ciudad de Ulsan, son las más afectadas por las llamas.
El incendio más significativo se originó en el condado de Sancheong el 21 de marzo de 2025. Hasta la noche del 22 de marzo, había consumido aproximadamente 500 hectáreas de terreno, con solo un 35% del fuego contenido. La topografía montañosa y los fuertes vientos secos han dificultado considerablemente las labores de extinción.
Las autoridades han confirmado la muerte de dos bomberos y dos civiles, además de seis personas heridas. Más de 400 residentes han sido evacuados en Gyeongsang del Norte debido a otro incendio que ha arrasado alrededor de 300 hectáreas. En la ciudad de Gimhae también se han registrado evacuaciones.
El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, ha declarado el estado de catástrofe nacional y ha prometido una respuesta total para controlar las llamas y mitigar el impacto de la emergencia. Se han desplegado cerca de 1,600 trabajadores de emergencia, 35 helicópteros y numerosos vehículos especializados en las zonas afectadas. Sin embargo, la rápida propagación de los incendios, alimentada por los fuertes vientos, continúa representando un desafío significativo para los equipos de rescate.
Además de las pérdidas humanas y materiales, los incendios han obligado al cierre de varias autopistas clave en el sureste del país, incluida una que conecta Ulsan con Busan, la segunda ciudad más grande de Corea del Sur. La situación sigue siendo crítica, y se prevé que las evacuaciones continúen en las próximas horas mientras las autoridades luchan por contener las llamas y proteger a la población afectada.