El plazo dado por Estados Unidos a Israel para facilitar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza ha expirado, y el Gobierno de Biden no considera que Israel esté obstruyendo la asistencia, según el Departamento de Estado estadounidense. A pesar de que el Ejecutivo de EE. UU. reconoce la necesidad de cambios para mejorar el flujo de ayuda, no ha impuesto sanciones ni interrumpido el suministro de armas, y asegura que se han logrado avances significativos.
La situación contrasta con los testimonios y reportes desde el terreno. En Gaza, la crisis humanitaria se profundiza con el paso de los días, en un contexto de escasez extrema de alimentos y agua. Civiles desplazados del norte del enclave, después de semanas de operaciones militares israelíes, relatan una crónica falta de alimentos. Umm Muhammad Al-At’out, de 63 años, declaró a CNN: “Nuestros hijos han muerto de hambre y sed”. Otro residente, Abu Ahmed Subaih, comentó que caminó kilómetros con sus padres de 80 años en busca de ayuda, pero no encontró alimentos de ningún tipo.
El príncipe heredero de Arabia Saudita ha criticado duramente la situación, acusando a Israel de cometer un “genocidio colectivo” en Gaza. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha advertido sobre “una alta probabilidad de que la hambruna sea inminente” en las áreas del norte de Gaza, donde las operaciones militares israelíes han recrudecido y se restringe el acceso de ayuda esencial.
Kate Phillips-Barrasso, directora de la organización Mercy Corps, aseguró que el comercio en Gaza “ha llegado a un completo estancamiento”, indicando que la situación alimentaria está en “un punto de inflexión”. Antes del inicio de los enfrentamientos en octubre, alrededor de 500 camiones diarios entraban en Gaza, pero ahora el promedio se ha reducido a solo 58 camiones por día, el nivel más bajo registrado desde noviembre de 2022.
La distribución de alimentos, agua y suministros médicos es limitada debido a los obstáculos en los puntos de cruce, la congestión de rutas y la falta de permisos. Un convoy del Programa Mundial de Alimentos (PMA), compuesto por 14 camiones, apenas logró entregar suministros básicos a unos pocos centros en el norte de Gaza. La ONU denunció el martes ante el Consejo de Seguridad que las autoridades israelíes continúan bloqueando la asistencia hacia las áreas más necesitadas del norte de Gaza, donde unas 75,000 personas dependen de suministros cada vez más limitados.
La situación también se ha visto agravada por incidentes de saqueos. Según Nahd Shuheiber, presidente de la Asociación de Transporte de Gaza, se han reportado robos de camiones de ayuda humanitaria. Esto, dice, es en parte debido a la falta de fuerzas policiales, que han sido blanco de ataques israelíes por su vínculo con Hamas.
Los testimonios de desesperación se multiplican entre la población gazatí. “No hay nada que comprar y, si hay, los precios son exorbitantes”, declaró Saber Salem, padre de 10 hijos. La situación ha llevado a manifestaciones de palestinos desplazados en los mercados, exigiendo precios justos y denunciando abusos.
Mientras tanto, el Gobierno de Israel ha informado de la entrega de cientos de paquetes de alimentos en el norte de Gaza, aunque los esfuerzos han sido insuficientes para satisfacer las necesidades de una población en crisis.
