Editorial La Revista Peninsular
La crisis migratoria de la frontera México-Estados
Unidos está por empeorar. Este jueves, entró en vigor una política que le
permite al gobierno estadounidense devolver con mayor facilidad a
indocumentados que intenten ingresar a su territorio. Esto tendrá un impacto
directo en nuestro país pues se verá en la obligación de recibir a miles de
personas rechazadas por Estados Unidos.
El jueves entró en vigor en Estados Unidos el Título 8
que es un conjunto de disposiciones migratorias las cuales le permiten al
gobierno de dicho país negar solicitudes de asilo y deportar a inmigrantes de
manera más rápida, además de arrestar y sentenciar con cárcel a quienes vuelvan
a intentar ingresar a su territorio tras ser deportados.
El Título 8 dicta que todos quienes pretendan entrar
al territorio estadounidense por la frontera con México serán inelegibles para
la solicitud de asilo, a menos que hayan hecho esta solicitud en alguno de los
países por los que pasaron en su recorrido a Estados Unidos. Éste vino a
sustituir el Título 42 que representaba una visión más amable hacia los
inmigrantes ya que permitía a las personas ingresar a su territorio múltiples
veces sin que ello representara cárcel.
La implementación del Título 8 pone en una situación
complicada a México ya que se verá forzado a recibir y gestionar los trámites
migratorios de miles de personas a pesar de no contar con la infraestructura ni
recursos necesarios para ello. Prueba de eso es la tragedia ocurrida en marzo
de este año cuando se incendió un centro migratorio en Ciudad Juárez y murieron
cuatro decenas de personas.
Esta situación ya se veía venir desde hace tiempo.
Recordemos que Tonatiuh Guillén renunció al Instituto Nacional de Migración
debido a que, según compartió, el Estado Mexicano estaba adquiriendo
responsabilidades que no tenía la posibilidad de cumplir por falta de recursos.
Aquello ocurrió cuando Donald Trump era presidente. Mediante presiones y
amenazas de aranceles el expresidente norteamericano impuso su visión
migratoria al gobierno mexicano. Joe Biden, por el contrario, aplica una
estrategia más tradicional consiguiendo sus objetivo en el marco de
negociaciones. Sin embargo, el resultado es el mismo: México se ve obligado a
recibir a los migrantes rechazados por Estados Unidos sin estar en las
condiciones para serlo.
El gobierno norteamericano desplegó a 24 mil elementos
de fuerzas armadas a la frontera con México para detener el flujo migratorio
que se espera tras la implementación del Título 8; parece que será un escenario
caótico de acuerdo con los expresado por el presidente Biden. Por su parte, el
presidente López Obrador anunció que desplegaría elementos a la frontera sur
para disminuir el paso de migrantes hacia Estados Unidos. El mandatario
mexicano dijo que le ofreció total apoyo a Biden en lo referente a este tema en
una conversación telefónica que tuvo con él.
Sin duda, es positivo que exista coordinación entre
ambos países pues es un problema compartido. No obstante, es preocupante que
nuestro país asuma compromisos que no puede sostener pues ello implica poner en
riesgo la integridad y los derechos de personas cuyo único objetivo es buscar
mejores opciones laborales para ellas y sus familias.