Con el dedo en la llaga, por: Yazmín Rodríguez Galaz.
En la víspera del segundo
debate entre los cuatro aspirantes a la gubernatura del Estado, las campañas
parecen subir de tono con “estrategias” internas creadas exprofeso para
desautorizar a los mismos aspirantes, tal como ocurrió en el caso de Celestún,
en donde infiltrados que no eran del PRI se hicieron pasar por militantes del
tricolor para crear una supuesta animadversión contra el aspirante del
PRI-PVEM-PANAL, Mauricio Sahuí Rivero.
Verdad o mentira, la
realidad es que este tipo de “jugadas” para crecer o para tirar al adversario
no contribuyen a un ambiente auténticamente democrático y de juego limpio en
las elecciones del 2018 en Yucatán.
Hasta ahora y –así se
había destacado y elogiado- las campañas habían sido mesuradas y si bien es
cierto estaban salpicadas de acusaciones mutuas, la realidad es que crear,
generar o promover la violencia –interna o externa- no es sano para nadie, ni
para el PRI, ni para el PAN, ni para Morena, ni para nadie.
Hay 106 municipios en
Yucatán y que las campañas todavía tienen 22 días por delante y lo deseable es
que hayan propuestas y equilibrio, más no generación de disgusto y
enfrentamiento, pues hay el temor incluso de que este panorama pueda ser
violento en aras de la disputa electoral.
Si fueron priistas
inconformes- malo que lo hagan de manera irresponsable y con tintes de
violencia- y si fueron infiltrados de otros partidos en pos de desautorizar al
adversario, peor, pésimo, porque habla del desprecio al mismo elector y a los
resultados y de la intención de buscar el poder por el poder mismo sin importar
los medios o las vías.
Afortunadamente el asunto
no pasó a mayores pero sí revela el conflicto que puede estarse dando en el
seno de los partidos políticos en esta lucha por conseguir el poder político en
Yucatán para los próximos 6 años.
Hasta ahora no se habían
suscitado visos de violencia en las campañas políticas en Yucatán y máxime que
se ha pregonado por parte de todos –del sector oficial y público y hasta el
privado y de la misma oposición, del reconocimiento de la seguridad y
tranquilidad que aún tiene la entidad en términos generales y que marca
diferencias en relación a otros puntos del país.
Por tanto en la recta
final es deseable que los ánimos no se caldeen más y que los conflictos no
pasen a mayores. Máxime que el domingo tendrá lugar el segundo debate entre
aspirantes a la gubernatura del Estado en el que se espera que predominen las
propuestas.
Y aunque no es lo
deseable, seguramente que alguno de los más cerrados competidores buscará
despegarse en una elección que para muchos ya se muestra bastante reñida.
Como quiera que sea, lo
recomendable es que la elección en Yucatán transcurra en términos adecuados,
sin salirse de los marcos legales y que no haya ni violencia ni saldos
negativos.
En este compromiso están
involucrados, autoridades oficiales, electorales, partidos, candidatos y
seguidores. Compromiso pues de todos que el agua no rompa su cauce y acabe por
desbordarse.
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De
golpe y porrazo
Y pues Yucatán nuevamente
estará en la escena nacional con el debate de los cuatro aspirantes a la
Presidencia de la República y que tendrá lugar en las instalaciones del Gran
Museo del Mundo Maya.
Es de esperarse que ese
debate marque pautas en cuanto a las elecciones del próximo 1 de julio y
seguramente los candidatos buscarán consolidar o remontar, en su caso, las
estadísticas.
De hecho, ya trascendió
que en el caso de Morena, el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador
se quedará al día siguiente –día 13- para tener mítines con sus seguidores y
también el 27 de Junio cerraría en Yucatán su campaña.
En el caso de Ricardo
Anaya del PAN y de José Antonio Meade del PRI, también sus huestes promoverán
eventos para impulsarse en la recta final de sus tareas proselitistas.
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La candidata del PRI a la
alcaldía del puerto de Progreso, Maricarmen Ordaz Martínez apretó el paso para
buscar consolidar un posible triunfo de su partido en ese zona costera en donde
en el 2015, perdió la presidencia municipal a manos de una alianza PRD-PANAL y
que llevó al todavía alcalde José Isabel Cortés Góngora a ese palacio
municipal.
En esta ocasión el
adversario de la ex diputada federal parece ser el panista Julián Zacarías
Curi, quien era afiliado al PRI y decidió renunciar a su militancia para irse
con los del PAN.
Zacarías Curi conocido
empresario había advertido que buscaría hasta el final la candidatura del PRI
pero también dejó en claro que si no la obtenía, decidiría sobre la posibilidad
de abandonar las filas tricolores, lo que finalmente hizo. Zacarías permitirá
aumentar la votación del PAN en ese municipio costero de Yucatán.
De esto y más estaremos pendientes.
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