Claroscuro: Francisco López Vargas.
Cuando uno piensa qué nos ofrecerá el fin de semana que valga la pena en estos tiempos de pandemia, los políticos hacen de las suyas y vaya que exhiben sus miserias.
En Campeche, Layda Sansores publica un vídeo donde responsabiliza de un “cochinero” a Alejandro Moreno Cárdenas cuando fue gobernador y pide lo limpie mientras en otro lo responsabiliza de los escándalos que deja a su paso en cada evento que encabeza; Eliseo Fernández Montufar hace lo propio y dice que la sobrina de Layda fue la que manejó el “cochinero” que reclama y al defender a su tía y a su esposa, Gerardo Sánchez Sansores, acusa al candidato del Movimiento Ciudadano de estar vendido con Moreno Cárdenas, presidente nacional de PRI, y le dice cobarde por meterse con mujeres: su cónyuge tesorera de Moreno, su tía aspirante a candidata y su mamá. Eso sí, nadie niega su participación en el “cochinero” que señalan.
Vaya, a Layda la acusan de haber financiado su campaña a la alcaldía de Álvaro Obregón con recursos facilitados por quien acusa y de vivir los últimos 30 años del presupuesto público de la entidad; a Fernández Montufar, alcalde capitalino con licencia, de haber iniciado su proyecto político con recursos de Moreno, a quien lo ven como su promotor, y a Sánchez de sostener su empresa, durante 15 años, como asesor del que ahora dice le pagó al otro para agredir a su familia, cuyo segundo pilar fue la tesorera de quien, hoy dicen él y su tía, les mandó a su empleado a agredirlo.
El episodio, aún sin que inicien las campañas, saca a relucir varios temas que ya eran comentados en el café, entre la clase política y que todos decían, sin que nadie lo hiciera públicamente y menos los difundieran por redes sociales.
De nuevo, la aspirante a candidata a gobernadora de Campeche por Morena detona un escándalo en el que no sólo ella y su familia son protagonistas sino que el candidato de MoCi se mete entre las patas de los caballos y no sólo sale trasquilado sino que el propio esposo de la tesorera de Alejandro Moreno, a la postre director de informática y responsable de las redes de ese gobierno y que lo siguió haciendo hasta hace pocas semanas en el PRI nacional, reclama la ofensa y confirma que lo que dice Eliseo tiene su parte de verdad.
Vayamos por partes: Los tres protagonistas de los videos se dicen sus verdades, los tres hablan de secretos a voces, y los tres se desenmascaran en temas que más de uno imaginábamos y pocos sabíamos con detalle. Veamos.
Layda le echa la culpa a Moreno, en un vídeo previo, de lo mal que le están saliendo las cosas en su pre-destape y, en otro, lo acusa de mandar a agredir a mujeres, y le llama cobarde y le reclama que haya pagado a su “subordinado” Elito (refiriéndose a Eliseo) porque “él y Alito son lo mismo”, a señalar los cargos públicos que tuvieron en el gobierno de Moreno sus sobrinos: América Azar, tesorera, y Gerardo Sánchez Sansores, el principal asesor de Moreno los últimos 15 años e hijo de su hermana.
Nadie admite nada, nadie niega nada, pero señalan con dedo flamígero al gran corruptor: Moreno, él si tiene la culpa de todo: de financiar la empresa de Sánchez los últimos 15 años y llevárselo de asesor al PRI Nacional; de haber promovido a su esposa en un cargo que ejerció cuatro años en su administración; y Layda que jamás explica lo eficiente que es para hacer campaña y luego negociar la derrota sin que haya gastado un centavo, pero si ganado millones.
Los candidatos parecieran darse cuenta de que la última encuesta no les favorece: bajaron gracias a sus escándalos personales y al desorden en sus campañas.
En el camino nos enteramos que Eliseo usó bienes públicos para financiar a su “amasia”, madre de su hija no reconocida -según lo acusa Sánchez- y de promoverla políticamente no sólo como diputada local sino también como aspirante a la alcaldía capitalina en el nuevo partido que los cobija. Un tema privado que se vuelve público por el uso de recursos públicos. Vaya, todo un escándalo del que se hablaba y ya está confirmado.
Y Sánchez le grita su precio, por si fuera poco lo anterior a Eliseo, como si a él durante 15 años, no lo mantuvo Alito y, malagradecido, le pagó para agredir a su familia, esa en la que los dos pilares: él y su esposa, tenían cargos relevantes en el gobierno del gran corruptor: Moreno Cárdenas.
Vaya, sólo quedaría preguntar ¿por qué colaboraron con él, por qué no denunciaron jamás lo que pasaba, por qué su mujer se prestó –si fuera cierto- al cochinero y a los cañonazos de billetes que disparaba ese personaje siniestro que, súbitamente, de repente, se manifestó ante todos así: sin disfraz.
Valdría la pena que Eliseo, Layda y su sobrino nos dijeran por qué estuvieron cerca durante tantos años: ¿su tía negoció su asesoría por tres lustros?, ¿la posición de su esposa por cuatro años?, ¿compartían proyecto Eliseo y todos ellos cuando no veían mal ayudar a Moreno?
Y luego se preguntan por qué van de bajada en las encuestas.
En Yucatán
En tanto, en Mérida, Luis Suárez Ancona, un panista de viejo cuño, revela en su portal de Facebook una foto en la que se ve saliendo de la oficina del gobernador, Mauricio Vila, a su promovido como candidato del PRI a la alcaldía de Mérida. Sí, el gobernador panista necesita que el senador priista evite que los votos del tricolor se fuguen y con eso fortalezca a Morena.
Sí, al PAN le conviene que el PRI retome fortaleza.
Y mientras, los panistas ven como sus candidatos a diputados federales son priistas consumados como Liborio Vidal pero ya todo es posible en tiempos donde todo se unen para combatir a Morena, ese partido que se arrepienten los priistas de haber fomentado su crecimiento para fortalecerse contra el PAN. Nadie sabe para qué financia.
Las definiciones siguen en todos los partidos representados en Yucatán: el PRI ya hizo sus revelaciones y postuló, en la Casa del Pueblo, a sus candidatos y candidatas, que aspiran a una diputación federal: Sansón Palma Santos para el Distrito I; María Esther Alonzo Morales, en el II; Pablo Gamboa Miner, en el III; Gabriela Cejudo Valencia, en el IV, y en el V, Janice Escobedo Salazar.
Donde la revelación es una empresaria exitosa que se manifiesta por legislar para fortalecer la libre empresa, la generación de empleos y ser la voz de ese sector al que hoy la 4T mira con desprecio.
