El Torneo de la NCAA, conocido popularmente como “March Madness”, se ha caracterizado a lo largo de los años por ofrecer momentos inolvidables donde equipos modestos sorprenden a las potencias del baloncesto universitario. Estas inesperadas victorias, denominadas “Cenicientas”, han dejado una huella imborrable en la historia del deporte.
Uno de los casos más emblemáticos ocurrió en 2018, cuando la Universidad de Maryland, Condado de Baltimore (UMBC), se convirtió en el primer equipo número 16 en derrotar a un número 1, al vencer a Virginia con un contundente 74-54. Este resultado rompió las expectativas y demostró que, en el baloncesto universitario, todo es posible.
Otro momento destacado se produjo en 2022, cuando Saint Peter’s, sembrado número 15, eliminó a Kentucky, un gigante del baloncesto universitario. Esta victoria inesperada llevó a Saint Peter’s a una histórica participación en el torneo, capturando la atención de aficionados y expertos por igual.
La edición de 2025 no ha sido la excepción en cuanto a sorpresas se refiere. En la segunda ronda del torneo, la Universidad de Connecticut (UConn), que buscaba su tercer título consecutivo, fue eliminada por la Universidad de Florida con un marcador de 77-75. A pesar de liderar gran parte del segundo tiempo, UConn no pudo contener la arremetida final de Florida, que logró un parcial de 8-0 en los últimos minutos para sellar su pase al Sweet 16.
El entrenador de UConn, Dan Hurley, expresó su desazón tras el encuentro, destacando el esfuerzo de sus jugadores y reconociendo la calidad del rival. “Jugamos con honor”, afirmó Hurley, reflejando el sentimiento de un equipo que lo dio todo en la cancha pero que vio truncado su sueño de hacer historia.
Estas sorpresas reafirman la esencia del “March Madness”, donde la imprevisibilidad y la emoción mantienen a los aficionados al borde de sus asientos, recordándonos que en el deporte, las historias más cautivadoras a menudo provienen de los resultados menos esperados.
