La Revista

De corcholatas y cambio de gobierno

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por: Francisco López Vargas.

El proceso de selección de candidatos en Morena no
será, de ninguna manera, democrático y se regresará a las decisiones
unipersonales del presidente de la República, lo cual es al más puro estilo
mexicano tradicional de acuerdo con la liturgia enraizada por el PRI luego de
más de 90 años de ser partido hegemónico.

Morena es una versión, vetusta y anquilosada, de esa
tradición política que es capaz de aceptar que los cocodrilos vuelan o que la
hora en la que vivimos es “la que usted diga, Sr. Presidente”.

La famosa encuesta que argumentan servirá de excusa
para la definición presidencial no es otra más que el ánimo presidencial y el
afecto de quien tratará, a toda costa, que su proyecto de país siga adelante y
con ello tratar de vivir en un país en el siglo XXI pero con lo peor del siglo
XX.

Por eso la crítica y la rebeldía de Ricardo Monreal,
presidente del Senado, que sabe que el eufemismo de la encuesta lo dejará fuera
simplemente porque él sabe que no está en el afecto ni la consideración
presidencial que lo hace responsable de la derrota de Claudia Sheinbaum Pardo
en los comicios de 2021 en la Ciudad de México, el bastión del movimiento
fundado por el presidente, en el que perdió más de la mitad de las alcaldías
capitalinas.

De acuerdo con las definiciones que el presidente dio
en su evento en el zócalo en marzo pasado dejó claro que él no optará por una
opción distinta a la que ya tiene en mente y que, todo parece indicar, será
Sheinbaum Pardo.

Empero, Adán Augusto López Hernández y Marcelo Ebrard
Casaubón albergan una pequeña esperanza de ser los elegidos, aunque tienen
claro que todos están para servir al presidente, para obedecerlo, pero sobre
todo para darle gusto… mientras sea presidente.

Marcelo Ebrard y Adán Augusto conocen el mundo,
estudiaron en París, tiene estudios de posgrado que avalan sus conocimientos a
diferencia del presidente que apenas terminó la carrera y no acredita siquiera
viajes a Europa, menos estudios fuera de México después de su licenciatura.

Adán Augusto es maestro en ciencias políticas por la
Universidad de París donde también logró un posgrado en Derecho Comparado en el
Instituto parisino, luego de acreditar su licenciatura en la Universidad Juárez
Autónoma de Tabasco y a donde viajó. A su regreso tuvo varios cargos en el
gobierno local para después dedicarse a la notaria. Ha sido diputado local,
federal, senador, coordinador de la campaña presidencial de López Obrador en
2006 y gobernador de Tabasco hasta 2021 de donde salió para encabezar la secretaría
de Gobernación hasta la fecha. Ha sido militante del PRI, PRD y Morena.

Ebrard es de familia de origen francés y egresado en
Relaciones Exteriores por el Colegio de México y con especialidad en
administración pública por el École Nacionale D’administration en París, donde
vivió.

Tuvo una carrera al lado de Manuel Camacho Solís en el
PRI de donde salió en 1995 para formar el Partido de Centro Democrático en el
que declina Camacho a su candidatura presidencial para seguir a López Obrador
candidato al gobierno capitalino por el PRD.

Marcelo ha sido jefe de gobierno capitalino y ha
desistido de contender por la presidencia hasta en dos ocasiones, a petición de
López Obrador que ha sido el candidato.

A su vez, Sheinbaum, quien es vista como la favorita
presidencial, es una científica egresada de la UNAM donde logró titulares como
Física y logró su maestría en Ingeniería Energética y más adelante el Doctorado
en Ingeniería Ambiental todo por la UNAM. Estudio posgrados en el Laurence
Berkely Laboratory y tiene una larga lista de estudios sobre medio ambiente. Se
integró al gabinete de López Obrador como jefe de gobierno capitalino en el
área del medio ambiente y jefa delegacional en Tlalpan y ahora como jefa de
Gobierno.

Con esos antecedentes, los tres aspiran a ser los
sucesores presidencial en una elección que pareciera que el presidente no ve
ganada por lo que se entenderían los ataques a la autoridad electoral
justificando el asedio por el alto costo que tiene para el país la elección y
su implementación que pretenden cambiar para que sea el propio gobierno el que
las realice con empleados del mismo gobierno, como sucedía antes de 1997.

De los tres aspirantes, quizá el menos conocido en el
país es Adán Augusto y precisamente por ello es el único que garantizaría su
crecimiento en una campaña presidencial.

De Marcelo Ebrard y de Claudia Sheinbaum hay una
opinión muy sólida y si bien el tema de ser mujer podría ayudarle a la jefa de
gobierno, sus resultado en la Ciudad de México podrían ser su mayor problema.
Son demasiado conocidos.

Marcelo está considerado como un personaje que siempre
se disciplina y ese podría ser su mayor obstáculo además de ser muy conocido.
Ambos, Marcelo y Claudia tienen en contra el accidente de la línea 12 del metro
y él a demás carga con el despido de Fox cuando era jefe de la policía
capitalina y lincharon a tres agentes federales en Tlahuac y el percance y
muerte de decenas de jóvenes en la discoteca News Divine.

Lo que sí parece seguro, es que ni uno de los tres
seguirá al pie de la letra la visión de López Obrador no sólo porque conocen el
mundo, tienen estudios y han viajado sino que también querrán dejar su propia
huella al paso por la presidencia, si llegaran a ganarla.

José Francisco Lopez Vargas
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