Claroscuro, por: Francisco López Vargas.
Francisco Ortiz Pinchetti, compañero reportero del
semanario Proceso, exclamó jubiloso: ¡Qué buen nombramiento! sobre la
designación de Patrocinio González Blanco Garrido como secretario de
Gobernación en el sexenio de Carlos Salinas.
¡¿Cómo?!, pegó el grito en el cielo Don Julio Scherer.
Me parece que esa afirmación es excesiva, agrego mientras Ortiz Pichetti
sonreía. Su provocación había rendido frutos.
Don Julio, le dijo: ¿Se imagina la cantidad de
información que tendremos gracias a un personaje como ese? Ese nombramiento es
un lujo para el periodismo, respondió volviéndose a reír.
Si Don Julio viviera y Ortiz Pinchetti siguiera en
activo estarían jubilosos con este gobierno: vaya que hay información para
solazarse y acreditar el deterioro del poder político.
Cuando no creíamos que el país pudiera retroceder
tanto, llegó a la presidencia Andrés Manuel y con él esa pléyade de
funcionarios, gobernadores, secretarios, magistrados y legisladores, por decir
algunos.
“El país necesitaba tocar fondo y ya lo hicimos”, es
una afirmación constante entre quienes creen que jamás pudimos imaginarnos
llegar al siglo XXI con un gobierno así, en plena transición democrática.
“A los pobres los vamos a necesitar para apoyar la
transformación, con las clases media y los de arriba no se cuenta, menos con
los intelectuales y los medios”, dijo en una mañanera López Obrador.
“Y no me vengan con que la ley es la ley”, refirió en
otra ocasión.
Los dichos del presidente nos darían para tomos
enteros de esa enciclopedia de la infamia, de la canallez y del gobierno
atrabiliario y prepotente.
“Si te cruzas conmigo, y te detienes, tienes la misma
probabilidad de recibir besos que insultos. Y es que la paciencia, la
hipocresía y el juego social no se me dan muy bien. No me gusta que la gente se
meta en mis asuntos. Todo ello se debe a que soy un canalla. Nunca lo he
negado. Soy un canalla honesto. Donde voy siembro la discordia y cuando me voy
un susurro como de tábanos enfermos me persigue. Las apologías no me son
posibles. Los filtros se me perdieron en la noche sin nombre y quedé solo con
lo que soy. Esencia. ¿Buena? ¿Mala? ¿A quién le importa? El punto es que soy lo
que soy”, pareciera decir el presidente parafraseando el ensayo de la canallez,
escrito por Gabino en su blog en línea.
La magistrada Jazmin se crece al “castigo” de exhibir
su impudicia: “no he hecho nada que me avergüence”, se exhibe, como si un
plagio no fuera un robo y con ese criterio aspira a seguir en una corte que
necesita impartir justicia imparcial y sin dobleces.
Adán Augusto convoca a gobernadores de Morena y les
dice que López Obrador le pidió que apoyen a los aspirantes a candidatos
presidenciales, él incluido. El responsable de la política interna del país
violando la ley y los principios de no desviar recursos públicos en temas de
partido se cuida de hacerlo en sábado, pero no importa que sea en el edificio
sede del segundo hombre más importante del gobierno.
Jaime Cárdenas, un abogado reconocido por su
honestidad, declara a Proceso que prefirió renunciar antes que cumplir una
orden presidencial que lo obligaba a delinquir, a cometer peculado por $2 mil
millones producto de un chantaje a empresarios favorecidos por el Infonavit.
Del dinero, pues ni rastro…
El fiscal Gertz Manero demanda a su cuñada alegando
para encarcelarla un argumento que no constituye delito y la fiscal capitalina
Ernestina Godoy obedece y sin delito encarcela y procesa a la mujer y a su
hija, hermana de la esposa del gobernador del Estado de México, que tampoco se
inconforma.
Layda Sansores violenta la ley y exhibe conversaciones
privadas obtenidas mediante espionaje telefónico, reincide semana a semana en
el delito; la reprenden, la llaman a no delinquir y ella se ufana y asegura:
“No voy a callarme”, mientras el presidente aplaude a la mujer que desvía
-dicen- recursos del presupuesto campechano para la campaña de Claudia
Sheinbaum.
$23 mil millones de un presupuesto anual usado para
“diagnóstico” de una entidad que desde 1997 deseaba gobernar, para lo que fue
candidata de todos los partidos con registro y recorrió, desde entonces, todo
el estado, ese que gobernó su padre.
Claudia Sheinbaum viola la ley electoral, hace giras
los fines de semana por el país promoviendo y dando conferencias sobre
“Políticas Exitosas desde el Gobierno” mientras el metro capitalino se cae a
pedazos y todos los días, literal, se informa de un nuevo percance.
Mario Delgado aplaude las violaciones a la ley de las
“corcholatas” presidenciales y mientras él como presidente de Morena los
alienta a seguir, Marcelo Ebrard demanda a la jefa de gobierno por actos
anticipados de campaña y todos le hacen el vacío a Ricardo Monreal a quien ya
no les queda más remedio que meter en la contienda, aunque no sea “favorito” y
le hayan armado un campaña en contra desde su propio partido y el gobierno de
la República, del que es parte como presidente del Senado.
Reportear los hechos y dichos del gobierno de la 4T
nos permite asegurar que cuando todo parecería dicho o hecho, se reinventan y
nos regalan otra flor de incongruencia, ilegalidad y falta de ética sino que
violaciones legales y excesos de corrupción. Qué divertido, si no fuera
trágico… y así se arma el siguiente fraude electoral, del que ellos decían
promover leyes para que no ocurran y hoy no sólo las violan sino que las
quieren cambiar a su favor… Lindo escenario.
