Por Ivonne Melgar
Más temprano que tarde, a juzgar por los hechos, Acción Nacional podría comenzar a arrepentirse de haber “copado” con exmilitantes del Revolucionario Institucional, expriistas, pues sus candidaturas a gobiernos de una docena de entidades estarán en juego.
En Veracruz, como antes en Hidalgo (Francisco Xavier Berganza) y Durango (José Rosas Aispuro) o, a decir de quienes en verdad conocen sobre el particular, más pronto de lo que muchos esperan en Oaxaca, el escándalo, por presunta corrupción en este caso, alcanzó a uno de sus hijos adoptivos consentidos, al exelbista Miguel Ángel
Yunes Linares que, vale decir, días antes apenas, había sido relacionado —junto, igualmente, con su hijo Omar— en el sonado y aún no suficientemente esclarecido caso de los Panama Papers.
La difusión a través de la cadena Univision, de un audio en el que el ahora abanderado de panistas y perredistas a suceder al cuestionado Javier Duarte de Ochoa en la gubernatura, conversa con su vástago sobre la eventual adquisición de un predio neoyorquino “en la 55, entre Park y Lexington…” y en la que aquel le refiere que “tienen dos ofertas ellos ahorita: 55 y 58 (millones de dólares). Obviamente, pues se irían por la de 58. Entonces, al menos, habría que igualar eso. Y la única diferencia entre la nuestra y la de ellos es que actualmente ese inmueble está rentado”.
Luego, Omar insiste: “entonces, en 58 la compra. Las condiciones serían: este viernes tenemos que presentar una oferta y poner, no sé si este (mismo) viernes, eso tengo que hablarlo ahorita con Lin, que me diga exactamente cuándo poner 10% en un escrow en lo que haces tu due dilligence”.
Y antes de concluir, le deja en claro que “te estoy poniendo una renta de 83 mil (dólares)… Al menos, sí generaría una rentita, ¿no?”.
Si usted cree que el ahora candidato de la coalición entre el Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática negó toda veracidad al audio filtrado a la influyente televisora estadunidense y atribuyó su origen y difusión “a la guerra sucia en mi contra”, ¡adivinó! Y si apostó a que los partidos que le postularon demeritaron el contenido de la grabación que aún hoy es una de los más escuchadas en redes sociales —en lugar de avalar una investigación seria del asunto— y le brindaron su absoluto e irrestricto apoyo, ¡también atinó! La razón (¿?) política, el pragmatismo pues, está de su lado.
Más allá del incidente en particular, sin embargo, valdría traer a la memoria —en éste y en otros muchos casos similares, sin duda— situaciones y denuncias presentadas en otro momento que, en el caso que nos ocupa por ejemplo, se concretó en una demanda por desfalco —“viva aún”— presentada en su contra por el exdirigente de Acción Nacional Manuel Espino o, una más, la que signaron y llevaron hasta la PGR una veintena de diputados por presunto desvío de recursos.
¿No será tiempo, ya que asuntos como el que nos ocupa no pasen a engrosar la lista de asuntos (de interés) sin resolver?