Por: Alan Javier Contreras Castillo.
En una explicación simplista tipo podría decirse que gobernar significa administrar, ejercer el control de un estado, ciudad o demarcación territorial de cualquier. Ir más allá de ésta definición significa incluir temas como la rendición de cuentas, transparencia, equilibrio de poderes, comunicación y muchos más que necesariamente intervienen en la conducción de un país.
Recientemente se han esparcido notas acerca del huachicoleo, el desabasto de combustible y las consecuencias que de ambas problemáticas se desprenden. Entre sus derechos y obligaciones, el ejecutivo cumple con informar sobre los planes que tiene para detener esta situación que tanto deterioro esta causando a la economía y a las familias mexicanas. Como dato ilustrativo, tan sólo en tres estados de la República donde se vive este fenómeno, la Confederación Patronal de la República Mexicana declaró que la pérdidas de esta semana fueron de 1,250 millones de pesos.
Si nos apegamos estrictamente a un concepto de gobernanza, el poder en turno está cumpliendo con su labor de comunicación política al informar a la ciudadanía lo que sucede y como planea poner un alto al robo desmedido de combustible y a todas las demás complicaciones que derivan de éste mismo.
Ahora, cuando se informa lo que se cree correcto durante las ruedas de prensa matutinas, sin que se hagan cuestionamientos técnicos y que requieran respuestas acompañadas de datos duros y certeros, no causa aliento que el representante del gabinete en materia de energía no acuda a la comparecencia que los legisladores tuvieron a bien citar. Se trata de información que si bien, los representados de un pueblo no preguntan, necesariamente sus representantes están obligados a hacerlo y los funcionarios públicos encargados del tema, también lo están para contestar con exactitud.
Resulta preocupante que, ante tal situación, que, ante el llamado por parte del poder legislativo, ante el problema que representa el desabasto, ante la expectativa de obtener respuestas claras y fundamentadas, la titular de energía, ni siquiera se haya presentado.
¿De qué se trata el gobierno? ¿De juzgar a quién exige información sobre el tema y tratarlo como un paria? ¿De excusar las faltas obligatorias de quién no asiste a comparecer sólo por el hecho de ser compañeros de partido?
No cambiaría absolutamente nada si la Secretaria de Energía llegara a comparecer, si de cualquier forma el “Plan para combatir el robo de gasolina” ya está hecho. Lo único que se solicita es responder a las preguntas de fondo como cualquier otro funcionario público lo ha hecho antes a sabiendas de sus responsabilidades.
Alan Javier Contreras Castillo
Politólogo.
