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Decidamos bien

Enrique Octavio De la Madrid Cordero
Enrique Octavio De la Madrid Cordero
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Por: Enrique Octavio de la Madrid Cordero.

*

@EdelaMadrid / enrique.delamadrid@sectur.gob.mx

En
unas semanas tomará posesión como Presidente de la República el Lic. Andrés
Manuel López Obrador. Al igual que millones de mexicanos, deseo que le vaya
bien al próximo gobierno para que le vaya bien a México.

Asimismo, en próximos días iniciará una consulta para decidir si se continúa o
no con la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México. Dado la
trascendencia de esta decisión, quisiera compartir algunas reflexiones que
espero ayuden a tomar la mejor decisión para ti, tu familia y nuestro país, que
es la casa de todos los mexicanos.

Hago estos comentarios como un mexicano más, preocupado por mi país, sin ningún
interés económico personal o de grupo que defender. Pero también lo hago desde
mi posición como Secretario de Turismo, la cual me ha permitido entender y
concluir que para que el sector siga creciendo necesitamos este nuevo
aeropuerto.

En los últimos cinco años pasamos de recibir 23.4 millones de turistas internacionales
a 39.3 millones en 2017. Esto nos permitió pasar del quinceavo lugar a ser el
sexto país más visitado del mundo, superando a potencias como Alemania o Reino
Unido.

Puesto que los turistas vía aérea son los que más gastan y representan el 80%
de todas las divisas turísticas que ingresan al país, pasamos de 12 mil 700
millones de dólares en 2012 a 21 mil 300 millones en 2017.

El número de mexicanos que viajan por avión dentro del país también se ha
elevado considerablemente. En 2012 fueron 28 millones de pasajeros en vuelos
nacionales y en 2017 fueron 45.4 millones, 62% más, de los cuales una tercera
parte tienen como destino el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Con relación a los turistas internacionales pasaron de 14.5 a 22.9 millones en
el mismo periodo y en 2017 34.6% llegaron al AICM.

Así, cancelar el NAIM no sólo limitaría el crecimiento de turistas, sino la
derrama económica y empleos que generan. Lo mismo se puede decir del comercio
internacional, al que el gobierno entrante ha tenido el acierto de apostar al
apoyar la renovación del TLCAN. Con 60% de la carga aérea del país, el actual
aeropuerto ya está saturado, y sin una mayor capacidad el potencial del nuevo
tratado se verá limitado.

Además, el aeropuerto que se está construyendo es el resultado de estudios que
iniciaron hace ya varias décadas, y que han realizado expertos y técnicos
especializados en el tema durante varias administraciones; y que, en todos los
casos, han concluido que es nuestra mejor alternativa.

El NAIM se encuentra a sólo cinco kilómetros del actual y en tierras federales,
por lo que no se han tenido que hacer grandes compras de terrenos ni mucho
menos expropiaciones.

Mientras que el aeropuerto actual tiene 700 hectáreas, el nuevo tiene alrededor
de 5 mil, por lo que cabe un aeropuerto con seis pistas y capacidad de dar
servicio a 120 millones de pasajeros en su etapa final. Esto quiere decir que
no sería una solución parcial como otras que hoy se plantean, sino una solución
definitiva y competitiva para los próximos 50 o más años.

Pero lo más importante es que este aeropuerto sería en sí mismo fuente de
desarrollo, crecimiento económico y empleo para millones de mexicanos.
Actualmente, la construcción del NAIM sostiene cerca de 50 mil empleos directos
e indirectos, que llegarán a 160 mil durante toda la construcción; y cuando
esté funcionando en toda su capacidad, se estima que generará casi medio millón
de puestos de trabajo.

Por ello, lo más grave de cancelarlo sería el poner en la calle, y de un día
para otro, a decenas de miles de trabajadores que ahí laboran y renunciar a
cientos de miles de nuevos empleos que se generarán una vez operando.

Es pertinente aclarar que no existe un proyecto alterno que este bien
fundamentado, ni en Santa Lucía ni en ningún otro emplazamiento. Lo que hay son
ideas muy alejadas de lo que implica un verdadero proyecto.

Los organismos especializados e imparciales, nacionales e internacionales, han
expresado que Santa Lucía no es viable, por lo que corremos un alto riesgo de
que las organizaciones internacionales expertas en la materia no certifiquen el
funcionamiento de Santa Lucía y el actual aeropuerto y eso provoque que muchas
aerolíneas importantes se retiren de México.

De hecho estamos comparando un proyecto en marcha, técnica y financieramente
viable, avalado por organismos especializados contra una idea inacabada en
proceso de discusión y sin definición de costos y tiempos. En realidad sólo hay
un proyecto. ¿Quién querría invertir en infraestructura en un país sabiendo que
en cualquier momento pueden cancelar el proyecto? la confianza toma años en
construirse, un segundo en destruirse y una eternidad en restablecerse.

En esta nueva época del conocimiento, la conectividad es clave. Para lograr un
México justo, próspero y, sobre todo, incluyente, México necesita conectarse
más con el mundo y consigo mismo; para lograrlo una herramienta fundamental es
un aeropuerto de la envergadura y trascendencia del NAIM.

*Enrique Octavio de la Madrid
Cordero:

-Licenciado en Derecho egresado de la Universidad Nacional Autónoma de
México.

-Maestría en Administración Pública en la Escuela de Gobierno John F.
Kennedy de la Universidad de Harvard.

Enrique Octavio De la Madrid Cordero
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