Hoy es un excelente día y me siento de maravilla. Doy gracias hoy por esta nueva oportunidad que tengo para compartirte sobre un tema que te podrá ser de provecho en tu vida, así como es en la mía.
Seguramente has notado alguna vez que tienes un resentimiento contra alguien o contra algo. Bueno, antes de continuar te voy a explicar la distinción de resentimiento. Desde el punto de vista de la ontología el resentimiento es el estado de ánimo el cual sostiene que se tiene el derecho moral a obtener algo que nos fue negado o simplemente merecíamos algo mejor de lo que se obtuvo.
En otras palabras, existió una persona o algo que se interpuso para que no puedas recibir lo que esperabas y que considerabas que tenías derecho a recibir. Desde esta reflexión, entonces, se puede interpretar que existe un culpable (cosa o persona) por lo que te sucede. Además, se puede interpretar que lo sucedido es una injusticia hacia ti. Lo que debes aprender de esto que solamente son juicios tuyos. Afortunadamente, siendo estos juicios puedes tomar acción para eliminar el resentimiento.
Mientras mantengas la conversación en tu cabeza de que hay un culpable y hubo una injusticia te mantendrás con el resentimiento. Por si fuera poco, a la vez, generas una declaración (promesa contigo mismo) de que alguien pagará. Usualmente te convences que la manera de salir del resentimiento es con la venganza. Y lo haces por que no deseas hacerte responsable del resultado que generó el resentimiento. Deseas que alguien más pague por tus acciones y decisiones. Cuando estas resentido, no te has dado cuenta que sólo tú tienes el poder de cambiar ese estado de ánimo.
No necesariamente cuando algo o alguien comete una injusticia contra ti generas resentimiento, sino que cuando no expresas lo que sientes de dicha situación es cuando generas dicho estado de ánimo. Al sentir que no se te cumplió y no se hizo justicia sobre lo sucedido, se genera una emoción de ira, coraje. Te sientes impotente para resolver tu situación. Al no expresar esta emoción, se mantiene la idea de tu sufrimiento como una conversación propia en tu mente. En tu mente le darás vueltas y vueltas y el coraje contra ese alguien o algo seguirá invadiéndote. Desgraciadamente la única persona que sufre en estos casos eres tú mismo. Tú te generas el resentimiento, te sientes impotente y lo mantienes como un estado de ánimo.
Para salir de esta situación lo que requieres es aceptar la situación y hacerte responsable de tus resultados. Aceptar los resultados te reconciliará contigo mismo. Podrás entonces, ver que tú puedes modificar tus situación. Aceptar que sólo tú tienes el poder para generar resultados diferentes, de accionar para buscar nuevas opciones y posibilidades para moverte de lugar. Cambiar tu estado de ánimo.
Utiliza el perdón para buscar la aceptación. Antes que nada, deberás perdonarte por ponerte en esa situación que te generó el resentimiento. Además, deberás perdonarte por haber pensado que no podías tomar control de la situación y de ti mismo. Ya habiéndote perdonado, entonces deberás de aceptar los hechos sin crear culpas, sin hacer juicios sobre los hechos, pues los hechos hechos son y no generan resentimiento. Tus emociones y tus estados de ánimo solamente puedes generarlas tú mismo.
Tú tienes el poder de controlar tu vida… Úsalo!
Luis E. Roche
Coach