Por: Alan J. Contreras Castillo.
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“Si te entregara mucho oro para que pudieses ir a los países de los que te he hablado a practicar tu arte y difundir el renombre de la medicina egipcia y tu reputación como sanador, en cada ciudad los ricos te invitarían a sus casas y podrías escrutar sus corazones, y tal vez los reyes y soberanos te llamarían también y podrías sondear sus intenciones. Pero mientras ejercieras tu arte, tus ojos serían los míos y tus orejas las mías, y grabarías en tu espíritu todo lo que vieses y oyeses para contármelo cuando volvieras a Egipto” le dijo Horemheb, diestro militar y fiel creyente de Horus al talentoso médico Sinuhé después de haber ganado la guerra contra los Khabiri.
Después de escuchar en la radio, ver en la televisión y leer en el diario y las redes sociales por más de tres semanas seguidas la propuesta del ahora Presidente Electo de México, Andrés Manuel López Obrador, acerca de los “Super Delegados”, no pude evitar relacionar dicha idea con el cuento de “Sinuhé el Egipcio”. No dista mucho el fragmento citado al inicio de la realidad que representaría tener a estas figuras en el aparato federal de gobierno. A diferencia de los actuales delegados cuyo objetivo es hacer más eficiente la atención y el despacho de los asuntos de su competencia fungiendo como órganos administrativos desconcentrados, los también llamados “Delegados Estatales” o “Coordinadores Estatales”, podrían, como su nombre indica, manejar a discreción la aplicación de los recursos y la implementación de los programas federales en las diferentes entidades; serían los encargados de tener contacto con los nuevos gobiernos estatales y con el nuevo gobierno federal a través de los Secretarios de Estado que le rinden cuentas a “ya saben quién”.
No vale la pena aún entrar en minuciosidades del tema puesto que todavía no se evidencia ninguna iniciativa en concreto. Ésta, como algunas otras propuestas del gobierno federal que esta por asumir el mando del país, se quedan como palabras en el aire; habrá que esperar a los hechos para estudiar y analizar a fondo cuál o cuáles serían las reformas propuestas a los artículos 17 y 17 bis de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
Regresaríamos a la centralización del poder en caso de llegar a ejecutarse dicha reforma como se logra advertir; habrían muchos Sinuhés por nuestros terruños haciendo las mismas de aquel observador e influenciador que data de aquellos años antes de Cristo.
Lo que si vale la pena señalar, es que los nuevos Sinuhés tendrían “ayudantes” y curiosamente se designaría uno por cada distrito electoral federal, sin fines electorales por supuesto, sería un pecado pensar de esa manera.
Alan J. Contreras Castillo*
Director Ejecutivo de C&C Consultores
Lic. en Ciencias Políticas por la Universidad Modelo
Asesor de la LXIII legislatura- Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
