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Democracia INÉdita Aplicarse a Ejercitar el Poder Ciudadano (4)

Jorge Valladares Sánchez
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Por: Jorge Valladares Sánchez *.

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Más allá de la natural vanidad, siempre es grato saber que alguien te escucha o lee. Es la base de la convivencia humana, de la socialización, le dicen, de la convivencia, de la unión, afectos y reciprocidad. Esta semana mi buen Amigo David, me obsequió este comentario tras la lectura de mi publicación anterior:

… “espero que el proceso no sea INEficaz, INErcial, y todo quede por dedazo en manos INExpertas e INEscrupulosas”…

El agradecimiento por leer, el honor de recibir el comentario, y la magia de saber que me sigue el hilo, tendido en las tres entregas previas, sin duda anima y da sentido adicional a compartir ideas y acciones, las cuales generosamente divulga La Revista.

Como saben quienes leyeron las anteriores, le he dado espacio a varias palabras que aparecen en una lista cuando puse en el explorador las letras INE… Y al tiempo que compartimos el diccionario y la etimología, está transcurriendo el proceso de selección de 4 nuevos integrantes para el Consejo General de ese Instituto, que debe ser por definición y recursos aportados por todos/as el bastión de la democracia en nuestro México.

Ayer, miércoles 18 de marzo fue publicada la lista con 30 nombres de hombres (de los originales 255) y 30 nombres de mujeres (de las originales 135) que pasamos a la Etapa de Entrevistas en ese proceso que llevará a integrarse a dos Consejeros y dos Consejeras a la herradura donde se aplican las normas sobre los temas electorales de nuestro País. En fecha por definirse, dada la contingencia sanitaria, iremos a entrevista, de donde se elegirán a dos quintetas de hombres y dos de mujeres, para finalmente poner a votación de la Cámara de Diputados a quiénes se les dan esas 4 posiciones en el Consejo General.

Además de personajes de la política cuya trayectoria en algunos casos es reconocible, pueden leerse en esa lista los nombres de buenos amigos/as, excelentes profesionales y convencidos ciudadanos/as como lo son: Noemí Herrera, Dora Rodríguez, Rita López, Tania Vázquez, Miriam Hinojosa, Sara Lozano, Claudia Ortiz, Olga González, Guadalupe Taddei, Sofía Sánchez, Liz Bravo, Martín Faz, Octavio Vado, Yuri Beltrán, Marco Vargas, Gustavo Meixueiro, Uuc-kib Espadas, Arturo Baltazar y Christian García. Por Yucatán, el buen amigo Uuc-kib Espadas y un servidor.

De todo lo que se puede apuntar sobre el concepto INExacto que manejamos de la Democracia, puedo resaltar que, como en cualquier aspecto que nos importe de la vida, lo que hace la diferencia ES la claridad y sentido con que entendemos, pero sobre todo las acciones a la que nos lleva nuestro entendimiento y discurso.

Quizá se trata de hacer un planteamiento INÉdito, o sea, escribir un capítulo que no se nos había ocurrido (difícil) o que no habíamos clarificado (poco probable) o simplemente no habíamos dicho con suficiente precisión y proclividad a la acción. Pero más probablemente se trata de aplicar lo que he denominado la Psicología del Hilo Negro: dejar de hablar, para pasar a hacer lo que desde hace tanto, y tantos/as, sabemos que debemos hacer para que opere en la cotidianidad la Democracia. Pero hacerlo mucho, hacerlo a diario, hacerlo sanamente.

Voy a un ejemplo que pude contemplar este pasado fin de semana. La Ciudad de México vivió una jornada doble de aplicación de Mecanismos de Participación Ciudadana. Su Instituto Electoral ejecutó un despliegue impresionante y meritorio de su personal y recursos materiales y logísticos para dar a la ciudadanía capitalina oportunidad de ser parte de la decisión sobre las personas que integrarán las Comisiones de Participación Ciudadana, pero sobre todo de la aplicación del 3.5 del presupuesto de las Alcaldías para proyectos presentados por gente que vive en esas zonas o colonias.

Fue muy grato e ilustrativo ver cómo ese Instituto va marcando la pauta de lo que en otros estados aún estamos empezando a procurar, entender toda la coordinación y las iniciativas que desde sus colaboradores se generan e implementan para hacer funcionar lo que se llama la democracia directa, es decir, la que va más allá de elegir una persona para un cargo, la que toma decisiones sobre lo que se hace con los recursos de todos. Mi agradecimiento y reconocimiento para el Consejo General del IECdMx y para cada persona integrante de ese gran equipo.

A la hora de sacar cuentas, las decisiones se tomaron. El profesionalismo institucional quedó confirmado. Pero la participación de la gente de la ciudad se reporta en un 5%. Número que es meritorio comparado con números anteriores. Número que nos hace ver que sólo 1 de cada 20 ciudadanos/as ejercieron su derecho en algo que considero más cercano y relevante que la elección de un personaje para un cargo público.

Como observador experto (distinción que me hicieron al invitarme a acompañar esa jornada) pude ver la forma en que el equipo institucional se esmera por cumplir la labor y procurar el resultado, a la vez que las condiciones sociales y personales que se manifiestan en las mesas de votación, que puedo distinguir en dos cajones claramente diferenciados. Uno con las personas que a pesar de cualquier consideración o inconveniente se presentan a emitir su voto y esperan a ver el resultado de su participación. Otro con la gente que puede justificar por qué no se presenta a votar o llega tarde a hacerlo o tiene una objeción que hacer, aunque a la hora de votar no haya estado frente a la casilla. El cajón faltante, el más grave, el más lleno, es el que requiere una Nueva Edición del ejercicio democrático es ese que ocupan las personas que ni se enteraron, que aún desconocen este derecho, que no ven en esta posibilidad el potencial de frenar decisiones erróneas, actos reprobables y rezagos imperdonables.

Imaginemos que la difusión e impulso al empoderamiento ciudadano proviniera directamente del INE y que con sus recursos y la orquestación de los haceres de todos los institutos estatales electorales se propiciara que la gente sepa, crea y use todo el poder que tiene de decidir sobre las personas a las que emplea para el gobierno y la elaboración y aplicación de las leyes.

Podemos en esas posibilidades tan deseables escribir lo INÉdito o andar lo ya escrito de la manera correcta y por vías efectivas. Este deber corresponde principalmente a aquellas personas a las que se nos paga (y muy bien) por estar al servicio de causas tan básicas para el desarrollo de nuestro México, como lo es la Democracia. A pesar de lo avanzado y de los logros, el equipo de profesionales del mundo electoral todavía tenemos que hacer mucho más para dar a conocer, motivar, convencer y empoderar a la ciudadanía, no sólo en ir a votar por personajes, sino por ejercer todos los derechos incluidos en el ejercicio de su poder para tomar decisiones colectivas sobre lo que el gobierno debe hacer, para asegurar que nuestros empleados en el ejecutivo, legislativo y judicial hagan lo que se les paga por hacer, y lo hagan bien y con buenas cuentas.

Sí, la Democracia es el ejercicio del poder por parte del pueblo, y como ejercicio implica acción. La cultura, la historia y las costumbres parecen estar en contra de creer y actuar ejerciendo ese poder. Dejo aquí este concepto que a través de mis estudios un día capté: el poder en las personas NO es una especie de fuerza o un cargo determinado por circunstancias sociales o económicas. El poder de una persona puedo definirlo sencillamente como la cantidad y efectividad de las veces que ha actuado en un mismo sentido. Quien lo hace es quien puede. Entre más haces, más poder tienes.

Tenemos que aspirar a que quienes estén al frente de un tema, como el INE está al frente del tema democrático, tengan la convicción de ser agentes activos de impulsar a la gente a ser parte de las decisiones, de todas las decisiones públicas. En ello cifro mi pretensión de ocupar un cargo en el Consejo General y confío que quien sea que llegue será para lo mismo. Si quienes cobramos por ello hacemos bien nuestro trabajo, es probable que siga aumentando el número de personas que llegan a convencerse de que pueden hacer lo propio en los terrenos que les interesen y lleguen a confirmar que participar funciona. Ejercitar el Poder Ciudadano. 

El movimiento se demuestra andando. El Congreso ahí va con el proceso de selección, ya falta menos. Quienes participamos estamos siguiendo las reglas y, de llegar, habremos de demostrar de qué estamos hechos y para qué queríamos llegar. Y cada ciudadano/a puede decidir cada día si se suma ya o aún no a las decisiones y acciones que sabe que nuestra sociedad necesita.

*Jorge Valladares Sánchez
Doctor en Ciencias Sociales
Doctor en Derechos Humanos.
Especialista en Psicología y Licenciado en Derecho.
Presidente 2011-2014 del Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán.

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