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Democracia INErte e INErme ¿Quién le Pone el Cascabel al Tigre?

Jorge Valladares Sánchez
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Por: Jorge Valladares Sánchez

En esta segunda entrega aplico el diccionario etimológico para explorar otras de las palabras que me encontré al escribir en el explorador la palabra INE. Ya habiendo dejado en claro que la pretensión de considerar a nuestro Instituto Nacional Electoral y a sus equivalentes estatales como INnEcesarios es sólo un juego de palabras que responde a intereses políticos momentáneos, cuando en realidad es INEludible contar con organismos genuinamente autónomos si seguimos considerando que la democracia es el camino; pero si no, no.

Y para no dejarlo en palabras me puse a andar, y precisamente fui la semana pasada a la Cámara de Diputados para solicitar me consideren entre las 390 personas que nos consideramos aptas para realizar la función de integrante con voz y voto del Consejo General del INE. Afortunadamente a la par de personas con una trayectoria política conocida y en muchos casos reconocible, también un porcentaje considerable de aspirantes provienen de organizaciones ciudadanas y en especial de la agrupación en la que tengo el honor de participar desde hace más de cuatro años, la Red Cívica MX, en la que participan Consejeros/as Estatales y otros funcionarios/as electorales que mantienen en foco y movimiento las acciones de educación cívica y participación ciudadana en todo México.

Ha sido motivante y muy ilustrativo recibir los comentarios al respecto por parte de personas que me conocen bien. Varios muy generosos, que agradezco y atesoro. Más me referiré ahora a aquellos que coinciden con un sentir habitual de la ciudadanía hacia los temas que vienen de las instituciones y en particular de los políticos y específicamente si es de los diputados/as y diputadas. Pocas personas creen que realmente se realizará una auténtica valoración objetiva en el mes de marzo para que los 4 mejores perfiles sean quienes tomen posesión del cargo el día 4 de abril y se integren al colectivo que toma las decisiones sobre lo electoral y otros temas de la democracia en México. Incluso hay quienes dan por hecho que ya está determinado quiénes llegarán allí y qué intereses representarán.

A quienes han sido tan amables de compartir, les he dado mi opinión. Yo sí confío en la posibilidad de que 1 ó 4 de los nuevos consejeros nacionales respondan efectivamente a la competencia profesional que se requiere, pero sobre todo a la calidad de ciudadano/a independiente de cualquier partido, grupo político o interés particular. No, no por inocente, ni porque difiera mucho mi apreciación sobre la forma en que se toman las decisiones en esa Cámara. Sino por tres razones. La primera, es que somos 390, un número que sí puede pesar en el interés de la gente (percepción pública) y del ánimo de los congresistas para pensar dos veces antes de salirse del procedimiento que ellos/as mismas se ordenaron seguir. La segunda, porque entre todas esas personas hay opiniones y trayectorias de mucho peso, capaces no sólo de despertar la atención y buena evaluación de quienes decidirán, sino por el efecto social y político que tendría imponer un perfil INEpto (NO apto) sobre semejantes personalidades. Y la tercera, porque esta movilidad y la que observaremos en los siguientes días abona a una creencia que tengo como psicólogo y educador: el efecto Pigmaleón, que básicamente consiste en que al hacerle saber a alguien lo que esperas de su actuar, en algún sentido ayudas a que efectivamente se comporte de esa manera.

Espero que sea inocente y no otro más feo el adjetivo que me obsequie quien no coincida con mi opinión. Finalmente da igual, pero hay palabras que duelen, y significados que preferimos evitar. Y con ello vuelvo al tema, pues es el caso de la Democracia, a la cual le aplicamos un alto grado de distorsión en su manejo y ello tiene altos riesgos.

En síntesis ligera, Democracia es la forma de gobierno en la que el pueblo ejerce el poder y ya dejamos en claro que ello INEludiblemente requiere procedimientos ad hoc para elecciones libres y mecanismos para controlar el comportamiento de quien sea nombrado autoridad. De allí la importancia de pasar del discurso en el que permitimos a la democracia un carácter INEfable, es decir, que no puede expresarse en palabras; aunque no conozco persona que lo reconozca y en consecuencia deje de hablar, sino que apuntala en ello un soliloquio hueco en el que efectivamente demuestra que no se ha ocupado de darle sentido al concepto.

Y es que en ciertos sentidos la democracia sigue INErte (inactiva, sin capacidad de dar resultados) porque se espera que funcione sola, con discursos, en el momento en que “todos/as” entendamos que es el momento y “todos/as” nos pongamos de acuerdo con un diálogo constructivo y hagamos “todo” lo que debemos hacer y al mismo tiempo. Ya podemos calcular los años de distancia a los que nos encontramos de esa idea de democracia. Y al validar ese discurso, también la dejamos INErme, pues no cuenta ni con un piso, ni con estructura, ni con un curso de acción que efectivamente conduzca a su través a la nación, mucho menos con armas para hacerse valer. Vemos incluso que las palabras más efectivas (para mal, no para bien) son las que usan de banquito a la democracia, pero se van a denostar y desacreditar a las personas, a los antagonistas.

Entonces, necesitamos acciones democráticas y armas democráticas para asegurar que deje de ser INErte e INErme. Y junto con ellas, son indispensables las personas que conviertan en cotidianidad esas acciones y usen con efectividad sus armas. Y, sí, casualmente a los Consejeros/as del INE y de los institutos electorales de los estados se nos paga y se nos paga muy bien por ser precisamente quienes se encarguen de esa labor. De allí la enorme importancia de que el proceso de selección responda a un compromiso con la objetividad y la evaluación profesional, pero sobre todo con un respeto a la ciudadanía, a la cual por cierto le deben el puesto cada uno/a de los/as congresistas y ante quienes deben responder al cumplir o no con las labores por las que también y tan bien les pagamos.
Así que además de esperar lo bueno e incluso lo maravilloso, como lo hizo Pigmalion, al grado de conmover a Afrodita para obsequiarle a su Galatea, este proceso a cargo de la Cámara de Diputados puede darnos 4 personas que efectivamente sean a la vista de la ciudadanía y los especialistas en el tema las más aptas, osadas, y eficaces, y sean independientes, imparciales e involucradas con defender la democracia, en vez de INEptas, INErtes, INEficaces, dependientes, parciales o ajenas a lograr que la ciudadanía efectivamente decida y haga uso del poder en el gobierno. Y así contribuyan a elevar la estimación que tenemos de nuestro Instituto Nacional y colateralmente de los propios diputados y diputadas de nuestro País.

¡Que gane el/la mejor! Traduzcamos para el Congreso: hagan un proceso sin vicios en el que las 4 personas que designen INEvitablemente sean activas y diestras defensoras de la Democracia; ¡gánense su Galatea!

Jorge Valladares Sánchez
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