Por: Jorge Valladares Sánchez *.
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Dentro de la riqueza que nos aporta entender lo que decimos al hablar, tenemos la claridad que nos da un buen significado para tomar decisiones y actuar en nuestro día a día. En las entregas previas he referido algunos significados de las palabras, rodeando las aristas de la baja precisión con la que entendemos y actuamos frente a la DEMOCRACIA.
Una palabra más que me apareció entre las centenas que inician con INE se refiere a la ausencia de apreciar o estimar o calcular. Podemos decir que una Democracia INEvaluada es la que no se analiza y por tanto no podemos darle el valor que le corresponde.
Quizá por ello es que con frecuencia la consideramos devaluada, es decir, con un bajo o inadecuado valor. Pero no es lo mismo. En el primer caso no estamos revisando su valor, no lo conocemos. En el segundo caso damos por hecho que no hay tal valor, lo reducimos.
Pasa algo similar con sus instituciones, las orientadas a desarrollar, fortalecer o defender a la Democracia. Entre ellas destacando el INE. Mucha gente no lo conoce, no sabe sus funciones o aportaciones, pero ante la pregunta probablemente tienda a devaluarlo, en vez de simplemente entender que no cuenta con información objetiva para evaluarlo.
De hecho, personas que sí tienen o deberían tener información para evaluarlo, como es el caso de Diputados y Diputadas, lo devalúan con frases o acciones. Por lo cual no es tan raro que quien no recibe ningún beneficio de estar enterado reaccione en ese mismo sentido. Por ello he puesto a tu vista el tema de que actualmente la Cámara de Diputados tiene a su alcance la posibilidad de actuar con profesionalismo, efectividad y ética en la renovación de 4 elementos del Consejo General de nuestro INE.
Las personas a las que nos pagan (y muy bien) por servir a la Democracia desde instituciones autónomas tenemos la obligación de cumplir esta obligación con imparcialidad, atrevimiento, creatividad y firmeza. Elegir entre casi 400 a 4 es un buen reto que nos permitirá conocer el potencial de nuestros/as representantes para cambiar vicios añejos. Sobra entre el grupo gente bien calificada y auténticamente ciudadana, que considero son los dos atributos principales.
Es una decisión que finalmente se votará por mayoría y pueden hacer lo que históricamente hacen nuestros políticos/as o decidir evaluar a conciencia y valorar en decencia a nuestra democracia y sus instituciones.
Este miércoles 11 las personas que aspiramos al cargo presentamos un examen que sirvió de filtro para reducir el grupo. Casi un examen sorpresa. Primera muestra de cómo se comportarán nuestros/as congresistas. Siendo crítico puedo señalar varios errores. Evaluando por encima, y con la confianza que anticipé en el artículo anterior, considero que superaron bien esta etapa.
Este jueves 12 publicaron ya la lista en la que 77 mujeres y 77 hombres dimos el paso hacia una siguiente etapa, por alcanzar las calificaciones más altas.
En los siguientes días, con criterios aún no determinados, revisarán nuestro perfil y experiencias, lo que nos motiva hacia el puesto y un ensayo crítico que escribimos sobre la institución en la que pretendemos servir.
Quienes me conocen imaginarán lo que puse en esos documentos. Primero la observación que en esta nota plasmo, y La Revista Peninsular es tan generosa de compartir con sus lectores: pedirle a quien lea que evalúe y contribuya a valorar a la Democracia y al INE, como único antídoto frente a las acciones deplorables y a las percepciones que les devalúan. Y como elemento que me caracteriza, hablarles en primera persona, asumiendo que efectivamente alguien se tomará el trabajo de leer todos y cada uno de los documentos que solicitaron para evaluar objetivamente el potencial que cada aspirante representa.
¿Por qué quiero estar en el Consejo General del INE? Esto dije:
“Tan claro y breve como merece quien sea tan amable de leer y tan directo como soy.
Aspiro a ser Consejero Electoral porque:
1. Soy un ciudadano,
2. Pienso como un mexicano de provincia que conoce gente en cada estado,
3. Veo con urgencia la necesidad de atajar el riesgo de fractura social entre nuestra gente, y
4. Entiendo el potencial del momento que vive nuestro País para hacer algo definitivo al respecto desde una institución autónoma”
Y respecto a la visión que tengo del INE describo en mi ensayo que considero a esa Institución y en especial a su personal técnico de carrera grandes profesionales que han logrado un impecable desempeño en mover una maquinaria electoral muy precisa y que logra ser reconocida en su legitimidad, a pesar de la enorme desconfianza que nuestra sociedad tiene en sus instituciones. Pero también señalo la necesidad de alcanzar plenitud en la protección y desarrollo de la democracia, es decir, llevar más lejos a un instituto que nos cuesta tanto dinero y nos podría aportar mucho más a los mexicanos/as.
Para ello señalo que de llegar al puesto mi aspiración sería:
-Romper paradigmas, sacando a la estructura de la institucionalización que le impide ir más allá de lo que ya realiza bien.
-Propiciar que el INE sea un protagonista activo y dinámico en un ejercicio cotidiano de la democracia, entrando a temas que hoy no se visualizan relacionados con lo electoral, pero que impactan claramente en la participación y empoderamiento de nuestra gente al tomar decisiones en ejercicio de su poder como ciudadanos/as.
-Convertirse en un aliado y referente de los temas que efectivamente interesan a la gente de nuestro País, para asegurar acompañarles a usar el dialogo, la toma de decisiones democráticas y la colaboración comunitaria para procurar el bienestar y armonía entre la ciudadanía.
El INE es un experto en elecciones, eso debe valorarse bien. Falta aprovechar íntegramente su potencial para poner a la ciudadanía al frente de las decisiones de gobierno, para eso requiere perfil de Consejeros/as que piensen como ciudadanos, antes que como funcionarios. Eso requiere una evaluación de aspirantes que dote al Instituto de ese valor agregado, que en realidad debería ser su esencia.
Con la vara que midas, serás medido, dice el dicho… Nuestro Congreso puede hacer una buena evaluación y lograr ser bien evaluado. Y también puede hacer lo contrario.
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*Jorge Valladares Sánchez
Doctor en Ciencias Sociales
Doctor en Derechos Humanos.
Especialista en Psicología y Licenciado en Derecho.
Presidente 2011-2014 del Colegio de Psicólogos del Estado de Yucatán.
