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DEMOCRACIA Y LA VARA

Bernardo Graue Toussaint
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Cuando un atleta rompe un récord se habla de que *“ha puesto la vara muy alta”*, es decir, que será muy difícil para los siguientes atletas poder superar tal nivel de éxito.

Cuando lo que triunfa es la mediocridad, podemos hablar de que se *“ha puesto la vara muy abajo”*, es decir, que está a la mano de cualquier imbécil alcanzar dicho triunfo.

Una de las herencias más patentes de la 4T es, sin lugar a dudas, el triunfo de la mediocridad. *López Obrador, el más incompetente de los incompetentes, ha hecho de la mediocridad el sello imborrable de su gobierno*.

Y el triunfo cultural de esa incompetencia ha contagiado también a la oposición en México. Las dirigencias del PAN, PRI y PRD dan muestras claras de ello. El
Infantil e iletrado Marko Cortés; el impresentable y gangsteril Alito y el prescindible Jesús Zambrano, forman un trío de dirigentes políticos que poco alientan en la construcción del futuro democrático de México. Acepto que tenemos que lidiar con lo que hay y, ni modo, pero *tenemos que exigirles entonces que frente a este riesgo dictatorial vigente, los ciudadanos queremos un candidato presidencial de oposición a la altura del reto.*

El problema para elegir la candidatura presidencial de oposición radica en que *si un imbécil funcional como Lopez Obrador alcanzó el poder por la vía de las urnas, hoy cualquier imbécil (iguales o peores que AMLO, que no es difícil) se forman en la fila diciendo “quiero ser presidente”.*

Entre los que aspiran a la candidatura opositora encontramos a la *histriónica, demagoga y sobreactuada Lilly Téllez*; al *aburrido y eterno plurinominal Santiago Creel* o al *desangelado Enrique de la Madrid*, por citar a los tres con mayor presencia mediática.

Repito, la vara está muy baja y el reto es inmenso. *No sólo requerimos un candidato capaz de vencer en las urnas, sino de ser apto para dirigir una reconstrucción nacional de gran envergadura, vistos los daños producidos por López Obrador y su delirio llamado Cuarta Transformación*.

*Pongamos alta la vara*. Busquemos a un candidato que no forzosamente nos sea simpático, sino que tenga la seriedad, templanza, aptitud y actitud necesarias para liderar a México; para reconciliar a toda la sociedad y para retomar el camino hacia un porvenir más sereno y prometedor. Sí se puede. Estoy seguro de que podemos darnos ese candidato y ese futuro presidente de México. *Seamos exigentes. El reto lo amerita…*

graue.cap@gmail.com

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