El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, fue arrestado el 15 de enero de 2025 en su residencia oficial en Seúl, tras un operativo que involucró a más de 3,000 agentes policiales.
La detención se produjo después de que Yoon declarara la ley marcial en diciembre de 2024, lo que llevó a su destitución por parte del Parlamento y a una investigación por presunta insurrección y abuso de poder.
Durante el operativo, las fuerzas de seguridad enfrentaron resistencia por parte del Servicio de Seguridad Presidencial y de seguidores del mandatario, quienes formaron barricadas y cadenas humanas para impedir el arresto.
Finalmente, las autoridades lograron acceder a la residencia y detener a Yoon, quien fue trasladado a la Oficina de Investigación de la Corrupción para Funcionarios de Alto Rango (CIO) para ser interrogado.
Este hecho marca la primera vez en la historia de Corea del Sur que un presidente en funciones es arrestado.
El Tribunal Constitucional deberá decidir si confirma la destitución de Yoon, lo que podría llevar a su inhabilitación permanente, o si lo restituye en el cargo.
La situación ha generado una profunda polarización en la sociedad surcoreana, con manifestaciones tanto a favor como en contra del presidente detenido.