Un devastador terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro-norte de Myanmar el viernes 28 de marzo de 2025, causando más de 1.000 muertos y miles de heridos. El epicentro se localizó entre las ciudades de Sagaing y Mandalay, afectando gravemente a esta última, la segunda mayor del país. La junta militar en el poder ha declarado el estado de emergencia en seis regiones y ha solicitado ayuda internacional para enfrentar la crisis.
El sismo también se sintió en países vecinos como Tailandia, donde en Bangkok colapsaron varios edificios en construcción, resultando en al menos nueve muertos y más de 100 desaparecidos. Los equipos de rescate trabajan contrarreloj para encontrar sobrevivientes entre los escombros.
La comunidad internacional ha respondido enviando ayuda humanitaria y equipos de rescate. Países como Rusia, India, Malasia y Singapur han enviado aviones con suministros y personal para colaborar en las labores de socorro. La ONU ha destinado cinco millones de dólares para asistencia humanitaria en Myanmar.
Las autoridades advierten que la cifra de víctimas podría aumentar a medida que avanzan las labores de rescate y se accede a áreas más afectadas. Se han registrado múltiples réplicas del sismo, y se teme que más edificios colapsen. La situación es especialmente crítica en Myanmar, donde la infraestructura ya estaba debilitada por conflictos internos previos al desastre natural.
