Por: José Luis Novelo Ayuso.
“En la vida es más importante saber aceptar una derrota que celebrar una victoria”. Anónimo
En esta semana ha entrado a su recta final el Proceso Interno
de nuestro Instituto Político para llegar a su culminación, con la votación por
parte de nuestra militancia este 11 de agosto con la jornada electoral, misma
para la que se han dispuesto 6151 Mesas
Receptoras del Voto a lo largo y ancho del País y particularmente en Yucatán,
en toda su geografía estatal la cantidad de 179 MRV distribuidas en nuestros
106 municipios (74 en Mérida y 1 en cada uno de los 105 municipios restantes).
Después de poco más de 40 días de campaña y a dos o tres de
que termine el plazo para dar a conocer sus propuestas ante la militancia,
hemos visto con preocupación sincera el desarrollo de las actividades proselitistas
de las diferentes fórmulas, aspirantes a la Presidencia y a la Secretaría General
de nuestro otrora fuerte y unido Partido Revolucionario Institucional; en este
proceso, en sus resultados, en la forma de conducirse al saber si la mayoría
les favorece o no, está fincado verdaderamente el futuro y la necesaria
consolidación de estar vigentes como proyecto nacional o el inicio de una
desbandada partidista que dé como origen
el surgimiento de tribus encabezadas por liderazgos regionales que actúen en
cada elección según sea su conveniencia e interés y no en base a la tan
anhelada Institucionalidad que nos hace falta y ahora brilla por su ausencia,
esto, porque así se ha observado durante el transcurso de la contienda interna.
Vendrán dos días de silencio, de ausencia en medios
electrónicos y de ausencia física ante la militancia por parte de los
candidatos, dos días en los que seguramente los equipos de los candidatos se
encargarán de definir estrategias y de reafirmar compromisos y lealtades con el
candidato al que representan el próximo día “D”, domingo 11 de agosto; soy de
los militantes que cree y está convencido que deben ser días para la reflexión,
para el análisis, para regresar a la cordura y mantener la serenidad,
haciéndose un examen interno de cómo nos conducimos, como nos estamos
conduciendo y como nos conduciremos una vez concluida la elección; descalificar el proceso electivo antes de
realizado, no nos conduce a nada bueno,
no nos conduce a la Unidad, sobretodo porque todos han podido acreditar a sus
respectivos representantes ante los centros de votación, sus enlaces ante cada
Comisión de Procesos Internos Estatal, han conocido de ellos y de los Priístas
que fungirán como funcionarios en cada mesa, ellos pueden dar fe, que han
tenido los mismos tiempos, las mismas condiciones y las mismas posibilidades;
medir la capacidad que tuvieron para alcanzar sus objetivos y aceptar su
realidad, es difícil, está en cada fórmula dimensionar, como resultado de lo
que hicieron, de lo que propusieron y del convencimiento que generaron, si les es
posible alcanzar la mayoría de votos; la madurez con que se acepte, será desde
mi opinión particular, argumento para acrecentar su liderazgo y que prevalezca
la unidad del partido, ustedes candidatos y sus equipos como portavoces de sus
respectivas acciones son primordiales para que la militancia se mantenga
institucional y no cargue con decisiones unilaterales que surjan después del 11
de agosto, y que sean producto de la pasión y no de la razón con que debemos
manejarnos, la humildad en la Victoria y la Serenidad cuando no nos favorecen
los resultados, serán claves para nuestra supervivencia y no abrir la puerta de
retorno a la barbarie Política, al Primitivismo Político encarnado en hordas y
tribus que hagan aún más difícil nuestro resurgimiento y levantamiento tras las
estrepitosas derrotas y caídas electorales, los demonios están sueltos, solo
los Priístas con convicción y decisión podemos ahuyentarlos. ¡Es cuánto!
