Dominique Pelicot, un jubilado francés de 68 años, ha sido condenado a 20 años de prisión por drogar a su esposa, Gisèle, y permitir que decenas de hombres la violaran mientras ella estaba inconsciente.
El caso ha conmocionado a Francia, revelando la doble vida de Pelicot, quien durante años llevó a cabo estos actos atroces sin el conocimiento de su esposa. El psiquiatra Laurent Layet, quien evaluó a Pelicot, señaló que nunca había encontrado un caso tan excepcional en su carrera, describiendo al acusado como alguien con una personalidad fragmentada y una actitud arrogante.
Durante el juicio, se presentaron pruebas de que Pelicot grababa los ataques y los compartía en línea. La defensa argumentó que el acusado sufría de trastornos psicológicos, pero los expertos concluyeron que, aunque presentaba desviaciones sexuales, era consciente de sus acciones y de su naturaleza criminal.
Gisèle, la víctima, permaneció ajena a los abusos durante años hasta que descubrió videos de las agresiones en el ordenador de su esposo. Su testimonio fue fundamental para la condena de Pelicot, quien mostró poco remordimiento durante el proceso judicial.
Este caso ha reavivado el debate en Francia sobre la violencia de género y la necesidad de reforzar las medidas de protección para las víctimas, así como de mejorar la detección de comportamientos predatorios en entornos familiares.
