En unos párrafos
Fue en 1990, en medio de un coloquio transmitido por televisión nacional, donde el laureado escritor peruano soltó una expresión al hablar sobre los regímenes totalitarios en el mundo, que hasta la fecha sigue retumbando en nuestros oídos. “La dictadura perfecta es México”, sentenció el novelista sudamericano, en presencia de personajes como Octavio Paz, Enrique Krauze y otros más.
Una frase lapidaria que desnudaba perfectamente al sistema hegemónico de control de un solo partido que había existido en nuestro país, y que quedó grabada en el subconsciente del imaginario colectivo desde entonces. Para los críticos, no había mejor manera para resumir los 60 años de gobierno del PRI (hasta ese momento), que citando a Mario Vargas Llosa. Un fenómeno político único que nunca pudo ser replicado con éxito en otros países de América Latina.
Han pasado ya prácticamente tres décadas de aquel episodio, y todavía seguimos con la carga de aquella pesada frase para bien o para mal. Para bien, se trató de una “dictadura perfecta” que evitó tragedias como las vividas en Chile, Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Nicaragua, y ni qué decir en Cuba. Para mal, por todo lo que ya sabemos de sobra, y que se ha sido discutido durante todo este tiempo.
Pero lejos de analizar la veracidad de la frase del excandidato presidencial peruano, -porque en nuestro país nunca ha existido una dictadura militar como tal-, vale la pena reflexionar sobre lo mucho que hemos avanzado como país gracias y/o a pesar de la “dictadura perfecta”, y que preocupantemente está juego hoy en día producto de la irresponsabilidad de un gobierno encabezado por una especie de “libertador” nacional. Por alguien, quien se visualiza así mismo a la altura de personajes históricos como el propio Hidalgo, Juárez o Madero. Por alguien, quien está llamado a refundar nuestro país por mandato directo del pueblo sabio, a pesar de la Constitución y de las instituciones. Por alguien, quién lamentablemente ha demostrado en tan poco tiempo, no estar a la altura del cargo.
Es preocupante, por lo mucho que hemos visto en tan poco tiempo que va del nuevo gobierno del Presidente López Obrador. La misma preocupación ya la advertía el propio Vargas Llosa antes de las pasadas elecciones durante un foro celebrado en Santiago de Chile, al señalar que todavía había tiempo para sopesar lo que estaba en juego y que “ojalá ese gran país (México) no se suicide eligiendo a un demagogo y populista irresponsable”. Hizo un llamado a los mexicanos a que mirasen lo que sucede actualmente en varios países latinoamericanos para ver hacia donde podría conducir la irresponsabilidad electoral.
Una advertencia inútil, como la de muchas otras voces reconocidas dentro y fuera de México. Una advertencia similar a la realizada en su momento por el expresidente venezolano Carlos Andrés Pérez en una entrevista profética donde señalaba sobre las posibles consecuencias de la llegada de Hugo Chávez al poder.
Seis décadas de la historia de nuestro país comprendida entre 1930 y 1990, le permitieron al ensayista peruano llegar a la conclusión de que la dictadura perfecta no era la Unión Soviética ni Cuba, sino México. Estoy cierto que con tan solo 60 días que van de este gobierno, el ganador del Premio Nobel de Literatura, ya cuenta con elementos de sobra para describir al nuevo régimen en una sola frase demoledora. No es necesario que transcurran 60 años para hacerlo. ¿Dónde estás Vargas Llosa?
@ErnestoCR_
