Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo Campos.
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Sin duda el debate entre los aspirantes a la Presidencia de la República despertó interés en diversos sectores de la sociedad, que, en algunos casos, en grupo de amigos se reunieron debidamente abastecidos, en casa de alguno de ellos para seguir atentamente este evento, ya que sin duda fue de importancia, toda vez que este tipo de acciones permite contrastar ideas, programas y calificar el temple de los participantes.
Despertó y mantuvo interés durante todo el programa.
Y cada quien tiene su opinión sobre la calidad del debate, la solidez y vialidad de sus propuestas, y hasta la apariencia cuenta.
Que el puntero se queja de que le echaron montón, pues que esperaba. Ni modo que le echaran montón a los de los últimos lugares.
¿Qué es un buen ejercicio?
Creo que sí y los próximos serán mejor, porque tendrán mayor perspectiva de como la sociedad los ve y les cree y como ellos en sus giras ven la situación del país y habrán recogido las exigencias de gran parte de la población.
Uno de las grandes pérdidas de los partidos políticos y de los políticos, es la pérdida de credibilidad.
Pero también es un gran riesgo el que pueda convencerte la oratoria que emociona, pero sin nada sólido que la sustente y de esto el pasado reciente de México está lleno de ejemplos.
El electorado se va formando una idea de quién es cada quien, con la televisión, los actos de campaña como mítines, caminatas, puntos de animación, reuniones para intercambiar ideas y toda clase de eventos que fortalezcan el trato entre candidato y electorado, todo para tener certeza de que será un voto por el bien de México.
México es un país de 123 millones de habitantes, con todos los niveles socio económicos, educativos, culturales, deportivos, etc., con una economía cada vez más diversificada y más sólida, con todos los medios de comunicación en pleno ejercicio, junto a un coloso desorientado, los Estados Unidos, con un gobierno que su Presidente cree que su función más importante es agredir a los demás países.
Y en el debate, “El Bronco” como él prefiere que le llamen, se vio más relajado, a grado tal que hasta bromeo con la respuesta que, si le gustaba el matrimonio, dijo que le gustaba tanto que ya se había casado tres veces; pero desde luego no le veo mayor avance en su aspiración.
Margarita Zavala, equivoco el escenario, toda vez que, en cada una de sus intervenciones, echaba un discurso como si de un mitin se tratara. Sin ninguna propuesta concreta que atrajera interés alguno.
Ricardo Anaya, es sin duda un buen orador, acostumbrado a agredir, exhibiendo a Andrés Manuel López Obrador como era de esperarse.
Andrés Manuel López Obrador, está convencido de que tiene 48 puntos de porcentaje y que ahora si no lo alcanzan y ya tiene el triunfo en la bolsa.
José Antonio Meade, quien tiene su primera incursión en la política electoral mexicana, deja ver que le falta curtirse en estas batallas.
Nada que fuera sorpresa. Lo esperado sucedió y como es natural, después del debate, en los cuarteles que cada uno escogió, se reunieron para celebrar su triunfo en este evento.
Pero realmente tendrá un impacto significativo en el ánimo del electorado?
Creo que una buena parte del electorado ya tiene definido su voto, es lo que le llaman el voto duro, (a excepción de Andrés Manuel, que creó Morena, vive de él y decide en él), que se identifican más con el partido que con el candidato, pero esto no les es suficiente para ganar, de allí que el candidato tiene que generar simpatías con el electorado.
Con las redes sociales y los modernos medios de comunicación, todos los días te dan diferentes pronósticos y publican encuestas, pero lo que cuenta son los resultados y este se tendrá el 2 de julio para todos los mexicanos.
Pero mientras, si tú quieres presumir de informado y lees todas las encuestas, pronósticos científicos como ahora les dicen, solo te confundirás más y al final ninguna acierta.
Hasta ahora han demostrado lo que son: Meade un funcionario conocedor, con una imagen de seriedad, con un trato agradable en lo personal; Anaya un buen orador con muchos esqueletos en su closet; Andrés Manuel una chucha cuerera como les decimos en mi pueblo, 18 años de campaña lo han hecho forzosamente especialista en campañas.
A los independientes no se les ve pies para torero.
Te saludo cordialmente.
