Editorial
Después de la derrota sufrida en los comicios electorales del año pasado, el Revolucionario Institucional ha estado errático en su actuar en Yucatan. Sin un líder a quien seguir, y sin manifestaciones trascendentales por parte de las figuras prominentes, los priístas se dirigían tibios hacia la fecha de renovación de su Consejo Político.
Fue entonces, cuando semanas antes de la presentación de planillas apareció el liderazgo que los priístas necesitaban para retomar fuerzas. La ex gobernadora Ivonne Ortega invitó a los cuadros priístas a trabajar por una planilla única, que represente la unidad que necesita el partido.
Ante esta invitación los diversos líderes partidistas se sentaron a hablar, cosa complicada ya que aún habían inconformidades y recelos ocasionados por el pasado proceso electoral. Se requirió de un arduo trabajo de negociación política para solucionar la crisis y lograr la planilla única que fue presentada en la Casa del Pueblo.
En las semanas siguientes algunos liderazgos continuaron con sus responsabilidades y proyectos nacionales, y otros entraron en la justa por la presidencia estatal del partido. Actualmente, son dos las figuras que quedan en la contienda por el puesto, Francisco Torres Rivas a quien señalan como quien representa a los “Ismos” de la cúpula y Diego Lugo Interian, alcalde de Sucila y quien se dice representa a la base del interior del Estado.
Panchito Torres tiene amplia experiencia y fuerte liderazgo dentro del partido hace que sea el favorito de las figuras PRI como la propia Ivonne Ortega, Rolando Zapata, Pablo Gamboa y Jorge Carlos Ramirez. Durante el proceso electoral pasado, Francisco Torres fue Presidente del comité directivo Municipal del Revolucionario Institucional y quiere llevar a su partido durante su etapa de reconstrucción y oposición.
Diego Lugo es el actual presidente municipal, y es un líder con mucha fuerza en el interior del estado, ya que la mayoría de sus colegas presidentes municipales priístas están con él. Durante la contienda priista, Francisco Medina y Eloy Quiroz se sumaron a los esfuerzos de Diego Lugo, dejando sus aspiraciones propias al cargo. Este líder utiliza un discurso de cambio, planteándose como una opción diferente a quienes dirigieron a los priístas durante el proceso electoral pasado.
Los priístas ya tienen un panorama claro, pero complicado. Tienen un panorama claro porque es evidente que Panchito Torres o Diego Lugo ocuparán el cargo de presidente estatal del partido. Es complicado porque a menos que haya un gran trabajo de negociación política, el que gane no va a ganar nada, y el partido se va a romper. No ganará nada, porque si Francisco Torres gana va a tener el apoyo de los liderazgos mejor consolidados del partido, pero no de los presidentes municipales. Por otra parte, si Diego Lugo gana tendrá el apoyo de los presidentes municipales, pero no de la cúpula del partido.
Esto no es nuevo, ya paso el PRI por algo similar cuando Patricio Patron Laviada gano las elecciones en el 2001. las condiciones en las que Carlos Sobrino Sierra al principio y Nerio Torres Arcila eran similares y pudieron darle la vuelta al juego de la política Estatal.
lo que hoy necesitan los aspirantes CDE es hacer política, para que independientemente de quién quede cómo presidente, se mantenga la unidad dentro de los tricolores, lo cual es indispensable para su funcionamiento, ya que la historia es testigo cómo se rompen cuando se dividen.
