El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, confirmó este jueves 3 de octubre que está en conversaciones con Israel sobre la posibilidad de atacar instalaciones petroleras en Irán. Esta medida se estudia como represalia por los misiles lanzados por Teherán hacia territorio israelí en medio de la escalada de tensiones en la región.
Al ser consultado por la prensa sobre esta posible acción militar, Biden afirmó: “Estamos discutiendo eso”. Sin embargo, aclaró que Estados Unidos no tiene intención de autorizar ni dirigir los ataques, ya que su rol es más de asesoría hacia el gobierno israelí. “En primer lugar, no ‘autorizamos’ a Israel, asesoramos a Israel”, puntualizó, dejando en claro que no se prevé ninguna acción inmediata.
La preocupación por un conflicto generalizado en Medio Oriente ha causado que los precios del petróleo experimenten un aumento significativo este jueves, lo que añade una presión económica a nivel mundial. Un incremento prolongado en los precios del crudo podría tener un impacto directo en el costo de la gasolina, un tema de particular relevancia para la administración Biden, especialmente en un contexto electoral.
Kamala Harris, la actual vicepresidenta y candidata demócrata, enfrenta dificultades en las encuestas ante su rival republicano Donald Trump, y el alza en los precios del combustible podría ser un golpe adicional a su campaña, ya que los votantes están cada vez más preocupados por temas económicos y de poder adquisitivo.
El conflicto en Medio Oriente, especialmente entre Israel e Irán, ha escalado en las últimas semanas, y la discusión sobre posibles ataques a las instalaciones petroleras iraníes podría tener consecuencias de largo alcance. Un ataque a estas instalaciones no solo afectaría la estabilidad de la región, sino que también podría repercutir en el mercado global del petróleo, generando aumentos aún mayores en los precios y afectando a economías de todo el mundo.
El desarrollo de estas conversaciones entre EE.UU. e Israel será clave para entender los próximos movimientos en la región y cómo podrían influir en la geopolítica y la economía global.
Este conflicto pone en evidencia las complejas relaciones internacionales y la delicada posición en la que se encuentra la administración de Biden mientras intenta manejar la crisis en Medio Oriente sin agravar aún más la situación.